Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Aunque topados, los precios de los productos agropecuarios superan los límites permisibles en las tarimas cabaiguanenses, sitios donde es constante el atropello contra el pueblo y ponerle freno al incremento de las tarifas simula una misión todavía pendiente para quienes enfrentan estas ilegalidades.
“Al cierre de noviembre se impusieron 26 multas a carretilleros y vendedores en puntos de la Agricultura Urbana. En el transcurso de diciembre los quebrantamientos superan los veinte”, aclara Anisel Álvarez Siberio, al frente de la Dirección Integral de Supervisión, una de las esferas que de conjunto con autoridades gubernamentales arrecían el control.
Las infracciones detectadas no son nuevas: “importes no visibles en las tarifas informativas, alteración de los precios autorizados así como discrepancias con lo descrito en la tablilla y el cobro real. Igualmente se han detectado debilidades concernientes a la mala calidad de algunos productos en la red de unidades del comercio minorista”, añadió la directiva.
La junta creada para erradicar las violaciones intensifica los recorridos. Recientemente visitaron en una jornada 24 puntos de la Agricultura Urbana, de los 28 existentes en el municipio, y detectaron que solo cuatro prestaban servicios, tema que prendió las alarmas y exhortó a una mayor vigilancia por parte de esa entidad a la cual se le notificó que la libra de carne de cerdo es a 35 pesos.
Álvarez Siberio sostuvo que la cuantía máxima a pagar por los expendedores de los puntos que incurran en esas violaciones es de 100 pesos, no así los carretilleros que desembolsan mil pesos por transgredir la norma y se le retira la licencia en caso de contravenir por segunda vez lo establecido y por el momento aquí no han suspendido ningún permiso de venta.