Según pronósticos de la Dirección Municipal de Educación, de los cabaiguanenses comprometidos al ingreso se aspira que el 71, 28 de estos aprueben, superándose en un 15 por ciento los resultados del curso precedente
Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Días intensos viven los estudiantes de duodécimo grado sometidos a las pruebas de ingreso a la Educación Superior. Las familias acompañan a alrededor de un centenar de bachilleres cabaiguanenses en sus últimas jornadas de azul y blanco.
Este martes Matemáticas abrió el ciclo de evaluaciones correspondientes a la convocatoria ordinaria. La más temida de las asignaturas rompió el hielo el pasado martes y hoy volvieron a las aulas para examinarse en Español. Igual lo harán el 12 de octubre pero en Historia de Cuba.
Solo causas justificadas ampararán a los que se presenten a la versión extraordinaria de estos ejercicios académicos, prevista en noviembre, para luchar por una plaza en las casas de altos estudios.
Según pronósticos de la Dirección Municipal de Educación, de los alumnos comprometidos al ingreso se aspira que el 71, 28 de estos aprueben, superándose en un 15 por ciento los resultados del curso precedente.
Tales indicadores se sustentan en los tres niveles de preparación en la antesala de los exámenes. Una parte de esa estrategia del proceso de consolidación trascendió en la etapa estival. Ni educandos ni docentes a cargo del entrenamiento de los profesionales del mañana colgaron los guantes.
Combinaron el verano con funciones matemáticas, reglas gramaticales y la interpretación de sucesos que marcaron un antes y después en los días de la Patria.
Los escolares y sus consanguíneos que ahora viven pendientes a una llamada o mensaje de texto, cuando quienes ahora deciden su futuro y ayer corrían en el círculo infantil ponen un pie fuera de la institución donde se aplican las pruebas; valoran de satisfactorio el intensivo en las respectivas materias.
Esta alternativa de conjunto con las teleclases propiciaron los repasos que acumulan años de saberes en las disciplinas. Fortalezas que agradece esta generación, otra de las tantas unidas a grupos de Whatsapp para aclarar dudas y enviar ejercicios resueltos en el período de la pandemia de la covid-19, cuando los profesores cambiaron las tizas y el pizarrón para compartir sus conferencias y talleres mediante las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs).
En la etapa analizada, los repasadores con o sin patente para efectuar esa forma de empleo no estatal, despejaron contenidos e insistieron en saber reconocer entre líneas las posibles habilidades en las preguntas por solucionar. Aquí acudió la muchachada a quienes sus padres les cotearon las sesiones prácticas y teóricas.
Los educandos que entre apagones y desvelos pero convencidos de su prioridad, continúan afilando la punta de los lápices y hacen una pausa en las salidas nocturnas y de fin de semana para no perder ni una décima en las evaluaciones. En ese espejo se miran sus compañeros que recién iniciaron el 12 grado y mayo de 2024 confirmará su boleto a la universidad. Después de años de consagración en la enseñanza preuniversitaria pre u otro centro, luego de velar por un lugar en el escalafón de acuerdo al rigor demostrado y de postergar quizás diversiones, el relevo de Cabaiguán cuenta los meses para entrar a la facultad de sus sueños.
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