El senador estadounidense, Robert Menéndez, es uno de los políticos más corruptos del Senado de ese país, señaló hoy un comentario del Diario El Salvador
Suscrito por David Hernández, escritor, máster en CC. PP. y Ph. D. por la Universidad de Hannover, Alemania, el informe precisó que “Menéndez, supuesta «blanca paloma» demócrata, es uno de los políticos señalados como más corruptos”, sospechoso de haber recibido sobornos, junto con su esposa, a cambio de su influencia en el Comité de Relaciones Exteriores
El comentario titulado “Bob Menéndez, antibukelista y sospechoso de corrupción”, hace un recuento del accionar del político, representante de la llamada “mafia” de los sectores anticubanos en Miami, quien junto a su colega republicano Marco Rubio, se convirtió en artífices de las agresiones contra gobiernos latinoamericanos.
Esos sectores, según Hernández, presionan al Departamento de Estado y a congresistas interesados para que Estados Unidos mantenga una posición dura e intransigente frente al Gobierno del presidente Bukele.
Cita exigencia del político en 2021 cuando presidía el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta del Senado estadounidense, en la cual insta al Gobierno de Joe Biden a que «Nicaragua y El Salvador no deberían gozar de preferencia comercial» y de analizar la suspensión del Tratado de Libre Comercio (Cafta) de ambos países.
«Menéndez, senador por Nueva Jersey, pertenece a la minoría demócrata de bulldogs que hace lobby no solo contra el presidente Bukele, sino también contra otros gobiernos latinoamericanos, como México, Cuba, Nicaragua, Venezuela y Colombia, bajo la mampara de un anticomunismo recalcitrante y obsoleto, protegidos por las mafias retrógradas del Congreso», aseveró Hernández.
Precisó el experto que ahora que se intensificaron las negociaciones entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y El Salvador, se incrementó la labor que estos lobbies para torpedearlas bajo la fachada de organizaciones estadounidenses de la sociedad civil y de defensa de los derechos humanos.
Así, presionan al Departamento de Estado y a congresistas interesados para que Washington mantenga una posición dura e intransigente frente al Gobierno del presidente Bukele y hagan uso de su peso en el FMI para que este condicione cualquier posible plan de financiamiento a El Salvador.
Agregó que hasta la fecha, este impacto se ha sentido, pues el préstamo que el Gobierno está negociando con el FMI sigue en espera, bajo los argumentos de que la administración salvadoreña dé marcha atrás con su proyecto monetarista del bitcóin y muestre más transparencia en sus procesos administrativos. (Fuente:PL)
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