Proteger es no maltratar
Mensualmente en Sancti Spíritus se tramitan más de una veintena de quejas de los consumidores, que en su mayoría responden a alguna insatisfacción y maltratos sobre productos y servicios
Con la sabiduría que le conceden los años, un viejo bodeguero ya jubilado siempre repite una verdad de Perogrullo: desde el momento que existe una oficina para proteger a los consumidores es porque se sabe que los maltratan y se violan sus derechos, consciente o inconscientemente, sin que medie ninguna medida jurídica contra quien agrede.
Y es que, más allá de reglamentos propios de entidades y organismos y de principios generales contenidos en la Constitución y los códigos Civil y Penal, en Cuba no existe una ley que regule la protección al consumidor, ni tampoco una política que paute las estra...