Con el levantamiento de la cuarentena a las tres áreas de la localidad que desde hace 23 días mantenían esta condición y las dos con restricciones para el movimiento que permanecieron bajo estas circunstancias las últimas tres semanas en la cabecera municipal, en Cabaiguán se dieron por cerrados los dos eventos de transmisión local limitada de la COVID 19, reportados en este territorio.
El instante en que se cortaron las cintas que delimitaban cada zona devino en momento de júbilo para los más de 1 500 cabaiguanenses que han vivido bajo estrictos estados de confinamiento este tiempo aquí, así como para reconocer al personal médico encargado de la atención sistemática a cada uno de los habitantes de las más de seiscientas viviendas enmarcadas en cada entorno.
El agradecimiento a los lugareños que se desempeñaron como mensajeros, a los que pusieron sus medios de transporte personales en función del trabajo en cada área, y a las empresas del territorio que contribuyeron a que la estancia fuera más organizada y entre las que destacan Acopio, la Alimentaria, Comercio y Gastronomía, CIMEX, TRD y la Agricultura, entre otras también estuvo presente la mañana de este miércoles de cierre de las cuarentenas en Cabaiguán.
Sobre la experiencia, inédita para el país y para este territorio, Yariel Hernández García, Presidente del Consejo de Defensa Municipal aquí señaló: “Creo que lo más valioso de los días que hemos vivido es la enseñanza que nos deja el momento sobre la capacidad organizativa que puede lograr nuestro pueblo, la solidaridad que se puso de manifiesto una vez más y la preparación del personal de salud para enfrentar cualquier situación, por difícil y desconocida que sea”.
No obstante el cierre de ambos eventos, la población deberá continuar cumpliendo con las indicaciones relacionadas con el aislamiento, a propósito de lo cual, el dirigente argumentó que se continuará insistiendo en las medidas higiénica, las pesquisas activas y las limitaciones de movimiento sobre todo para las personas más vulnerables.
“Las iniciativas, el pensamiento imperecedero del Comandante en Jefe, el Himno Nacional, la bandera Cubana y la gratitud a quienes tuvieron que lidiar con la organización de un modo de vida nunca antes visto en Cuba, el ordenamiento de una logística escasa pero que siempre llegó y la constante preocupación por el peligro al que estaban sometidos, además del reconocimiento a la actitud disciplinada y consciente de nuestro pueblo no pueden faltar hoy tampoco”, concluyó Hernández García.