Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Al lamentarse el fallecimiento de tres niños menores de un año de edad en 2020, Cabaiguán exhibe una tasa de mortalidad infantil de 6,5 por cada mil nacidos vivos, indicador por encima con respecto a ciclos precedentes y superior a la media provincial de 3, 39 pero ínfimo si se compara con estadísticas globales.
De acuerdo con la Doctora Denny Ivette Valdivia Zamora, asesora municipal del Programa de Atención Materno Infantil, pese al constante desvelo de los equipos multisectoriales de salud al tanto de la seguridad de las gestantes y de los recién nacidos, una de las pérdidas originadas en el calendario anterior obedeció al diagnóstico de una enfermedad incompatible para la vida en una lactante y los demás decesos se relacionaron con un trastorno hipertensivo y el retardo en el crecimiento uterino.
La especialista en Medicina General Integral puntualizó que en el período recién finalizado constaron 457 alumbramientos, 40 menos que en la etapa previa y el índice de bajo peso al nacer aumentó a 22 en contraste con la veintena de casos acumulados en 2019.
Penosamente se reportó una muerte materna por causa de una sepsis generalizada, aclaran los registros de la dirección territorial de Salud Pública.
Para bien de la natalidad, la consulta de Atención a la Pareja Infértil logró 59 embarazos para una efectividad de 92, 3 por ciento y casi un centenar de estas acudieron por primera vez a este servicio, precisó Valdivia Zamora.
En el contexto epidemiológico marcado por la COVID-19, las madres y pacientes pediátricos recibieron totales garantías en consonancia con los protocolos de bioseguridad, otra muestra del quehacer sanitario cabaiguanense que ofrece seguimiento a este segmento poblacional para evitar posibles riesgos.