lunes, noviembre 25El Sonido de la Comunidad

Cuba celebra otro Primero de Mayo desde casa

Con el espíritu de lucha, resistencia y unidad, los trabajadores espirituanos celebran por segunda ocasión consecutiva el Primero de Mayo desde los hogares, centros laborales y plataformas de Internet

Aunque extrañamos el desfile en las plazas, los cubanos todos buscamos formas inteligentes y novedosas para celebrar la efeméride.
Aunque extrañamos el desfile en las plazas, los cubanos todos buscamos formas inteligentes y novedosas para celebrar la efeméride. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Nadie puede negar que se extrañan las multitudes en tramos de calle y puntos de congregación, cuando el sol aún no ha asomado del todo; que se echan de menos los atuendos blancos, azules, rojos o rojinegros; las banderas ondeantes en las manos de todas las edades; las pancartas y las consignas; el palpitar de corazones mientras se desfila por las plazas engalanadas el Primero de Mayo.

Pero, por segunda ocasión consecutiva el Día Internacional de los Trabajadores, que sucede a las históricas jornadas del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, sobreviene en medio de la pandemia. Nuevamente impedidos de esas marchas que por décadas alentaron el espíritu a seguir haciendo, los cubanos de todos los territorios deberemos vibrar, al compás de la fecha, desde la discreción de nuestros hogares, colectivos laborales o redes sociales de Internet.

Como en un ensayo, el 2020 mostró cuánto se puede hacer desde balcones, portales o azoteas, y esta vez no será diferente. Será, acaso, mejor, porque a las razones del pasado año sumamos ahora todo lo conquistado en materia de enfrentamiento a la COVID-19. Sumamos, además de ese aporte a Cuba y al resto de la comunidad mundial, la determinación que emerge de las nuevas vueltas de tuerca del bloqueo, impuesto a la Patria por la mayor potencia económica mundial y recrudecido en medio de la mayor crisis sanitaria global.  

A estas alturas, cada quien con vivencias propias acerca de la manera de resistir e incluso avanzar, es mayor la determinación de llevar adelante un proceso revolucionario que todavía levanta ronchas en los gobiernos del vecino del norte. El momento actual difiere de la celebración de un año atrás, porque ahora se tiene la brújula del cónclave partidista, cuyos análisis y acuerdos ya guían la acción de la masa trabajadora y del resto de Cuba en el empeño por continuar actualizando nuestro Modelo Económico y Social de Desarrollo Socialista.

A una conmemoración virtual del Primero de Mayo ha llamado la CTC, bajo el lema Unidos: Hacemos Cuba. Habituados al intercambio mañanero, a las iniciativas de los distintos sindicatos y al paso apurado del desfile, usualmente seguido por las congas, en esta oportunidad otra vez sentiremos la diferencia. Pero aun así celebraremos, incluso con mayor entusiasmo que cuando el virus nos aisló por primera ocasión.

Por lo complejo y desafiante del escenario actual, caracterizado por campañas que buscan mostrar una imagen distorsionada de Cuba, que ayude a la desestabilización del orden interno en la nación y favorezca el restablecimiento del modelo capitalista en el archipiélago, se requiere de formas inteligentes y novedosas de encarar la efeméride del Primero de Mayo.  

Conocedores del impacto de las más de 240 nuevas medidas que se han aplicado desde el inicio del gobierno de Donald Trump para asfixiar la economía cubana y llevar al pueblo a la desesperación y el desaliento, los espirituanos no se rinden. Más que lamentaciones por los obstáculos, asociados también a las enormes erogaciones derivadas de la estrategia para contener la pandemia y atender a enfermos y sospechosos, se palpan disposición, creatividad y arrojo en altas dosis.

No fue un año atrás que en Sancti Spíritus y en Cuba se aprendió a resistir, luchar y no rendirse. Esa es una lección aprendida desde los tiempos de los mambises, el Moncada, la lucha guerrillera, el período especial y todos los años que han seguido sin que el cerco económico nos dé la más mínima tregua.

 Cuando la isla busca nuevas vías para dotar de mayor autonomía a la empresa estatal, pone en marcha la Tarea Ordenamiento y procura para sus hijos un mayor bienestar, el pueblo todo se regocija de sus propios logros en un empuje que haga mover hacia adelante el país.

Aunque han sido las batas blancas las caras más visibles de esta epopeya contra la COVID-19, el mérito colectivo va mucho más allá del sector de la Salud o de la Ciencia, y se extiende a centros de producción y servicios, así como a una juventud que ha puesto en alto las banderas de la continuidad.

En este Día del Proletariado Mundial tenemos mil razones para ratificar ante el mundo el compromiso mayoritario del pueblo de llevar adelante nuestro proyecto martiano, socialista y fidelista, con la seguridad de que, como tantas otras veces, triunfaremos.

Tomado de Escambray

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