Texto: Tomado de: http://www.radiorebelde.cu/
En los campos cubanos las niñas juegan a las casitas y a la hora de cocinar emplean el fruto de una planta de un llamativo color anaranjado y semillas rojas que todos conocen como cundeamor. En el ámbito mundial se le reconoce a esta planta diversos usos etnomédicos como son: antidiabética, antirreumática, antiflatulenta y antimicótica, entre otras; se emplean las hojas, los frutos y las semillas.