Por: Maricela Torres Falcón (Tomado de radiosanctispiritus.cu)
Daima Rosa Rojas Díaz tiene dos grandes pasiones: atender el ganado y sentarse en su máquina de coser. Esta mujer adora el campo donde reside en la finca «La Roja», ubicada a unos 12 kilómetros del municipio de Cabaiguán en la provincia de Sancti Spíritus.
“Me encanta la vida del campo, respirar el aire puro y estoy orgullosa de ser una mujer campesina, de ser una ganadera que sigue los pasos de mi padre. También, siento el orgullo de ser educadora porque enseño a los jóvenes lo que aprendí en mi carrera como Bióloga”.
A esta mujer de la Finca “La Roja”, perteneciente a la Cooperativa de Crédito y Servicio “Francisco Rives”, le apasiona estar temprano en la vaquería, donde ordeña, separa terneros y alimenta a otros con gran orgullo.
“A mí me encanta el amanecer, escuchar el sonido de las aves y sentir la neblina cuando me cae sobre la piel. Yo ayudo a mi papá en la vaquería a ordeñar, enlazar una vaquita y todo lo disfruto y aprendo. Además, tengo cerdos, gallinas y les dedico un poco de tiempo porque esa es la vida del campo”, asevera Daima Rojas.
“Mis animales tienen comida hasta arriba de una piedra”
Daima trabaja la tierra que le fue entregada en usufructo, y al decir de esta mujer, le gusta tener los animales bien atendidos.
“Estoy orgullosa de mis animales. Mi mayor satisfacción es cuando voy a la pesa y mis toros son apreciados por su calidad, mis animales siempre los mimo, tienen agua y comida hasta arriba de una piedra. En la ganadería me falta muy poco por hacer, quizás aprender a sacar sangre a los animales, aunque eso no es difícil. Tengo el apoyo de mis padres y de mi hijo que me ayudan en todo”.
“Mi producción es de leche, carne y queso. La producción de proteína es fuerte y demorada, ¡pero se logra siempre viendo las técnicas que se pueden aplicar!», asegura Daima.
«Además, pienso seguir incentivando en los jóvenes el amor por el campo y mejorar la genética en los animales para optimizar la ganadería. En la finca tenemos algunos animales que producen para hacernos felices».
Daima: ganadera y costurera
Otra de las actividades que Daima hace temprano es coser. “Todos me dicen ganadera y costurera. Y con el mismo placer que atiendo un ternero que acaba de nacer, con esa misma pasión hago un pantalón, una camisa…”.
“Toda la vida me ha gustado coser. La máquina me ha salvado, y no te da tiempo a pensar porque tienes que estar concentrada”.
“Lo disfruto y me siento realizada, aunque no soy graduada en cuso de costura. Y es muy lindo ver tu obra bien hecha. La costura es otro regalo que me ha dado la vida. A coser se aprende cosiendo, a trabajar con ganado también… como todo en esta vida».
“Los animales me encantan y no me gusta fallarles”
“Me levanto de madrugada a coser y luego voy para la vaquería. Todo se puede conjugar. Es un poco raro la combinación entre costurera y ganadera como me dicen, pero todo lleva pasión. Los animales me traen esa paz, ellos son agradecidos, te conocen la voz y se saben hasta los horarios de comer”.
“Los animales me encantan y no me gusta fallarles”, alega la mujer ganadera, Daima Rosa Rojas Díaz.
