domingo, noviembre 24El Sonido de la Comunidad

De una mujer, su historia y una Revolución

Conocerla fue una de esas coincidencias que te dejan atónita… verla en su medio, entre sus niños, en medio de una humildad que te obliga a sentirte egoístamente dichosa y abordarla y comprobar su disposición, espontánea y sincera, para agradecer lo que la Revolución está haciendo por ella, ha sido uno de esos acontecimientos que te confirman que esta profesión es la indicada, la correcta, para desperezarte el alma.

Es Yanelis, la madre de seis hijos con apenas 32 años, la “culpable” de esta crónica… y es que cuando la miras, no puedes imaginar que de ese cuerpecito haya salido tanta vida, tan saludable, tan hermosa, tan “idéntica a ella”, como si los pintara nada más con sus genes.

Es Tramojos el escenario de una historia que se multiplica en los campos de la geografía cabaiguanense (y de la ciudad también, aunque con menos frecuencia), y que tiene que ver con el programa que beneficia a las madres con más de tres hijos y que más allá de ser concebida en tanto estrategia para compulsar el crecimiento demográfico en un país envejecido, contiene el significado de la grandeza humanista que por más de sesenta años ha identificado esta obra.

Un kake, galletas, dulces, carnes y un puñado de mantas, ropas y avituallamiento bastaron para sacar la sonrisa mojada a una humilde mujer que tal pareciera estar hecha para la maternidad pues a pesar de la precariedad, sus criaturas, cada una mostró una educación formal impecable… ¡tanta, que a pesar de la tentación ninguno se acercó a las golosinas que siempre invitan, al menos, a pellizcarlas!

Desde el mayor (con 15 años), hasta el más pequeño (con 18 meses y en sus brazos, de los cuales nunca ni tan siquiera intentó soltarse), revoloteaba a su alrededor y para donde quiera que ella se movía, ellos la seguían… ¡ni la entrevista que le hizo esta reportera quisieron perderse!… ¿quién sabe si desde la inocencia de su niñez la veían en ese momento como una gran actriz, o alguien muy famoso…?… o quizás no… a lo mejor nada más les bastaba con el título de “mamá”, su mamá.

A Yanelis le van a construir una casa, una vivienda que el Estado Cubano le regalará para que sus hijos, ella y su esposo, vivan mejor… y quién sabe si dentro de unos años, esta crónica va para uno de ellos, porque se hizo ingeniero y ayudó con su inventiva a resolver un gran problema den su Tramojos; o porque la otra se hizo maestra y se convirtió en algo así como Hija Ilustre de su comunidad; a lo mejor alguno deviene un importante agricultor capaz de lograr rendimientos de esos que rompen récords y acaparan titulares…

Son muchas las cosas que pueden suceder con esta joven y su descendencia, pero lo que sí ya cuenta es que en medio de su humildad, a 17 kilómetros de distancia de la cabecera municipal, a un costado de una comunidad pequeña y sencilla, pero laboriosa y revolucionaria, no quedó desamparada y esto… esto porque nació en Cuba, la de Fidel, donde nada, nada, es más importante que un niño…

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