El campesino Carlos Deivy Montano Vázquez se desempeña como autoridad electoral en la circunscripción 69, del municipio de Cabaiguán, provincia de Sancti Spíritus, desde hace cerca de 10 años
Tomado de Escambray
“Cuando uno va a visitar a una persona que está encamada o tiene limitaciones físicas para ir al colegio a ejercer el voto, no puedes influir en la decisión del elector, sólo debes explicarle cómo ejercer el sufragio en caso de alguna duda, esa es una premisa cardinal para aquellos que asumimos la responsabilidad de autoridad electoral.
“Ese modo de actuar se corresponde con lo estipulado en la Ley 127, Ley Electoral, donde se plantea que todo proceso eleccionario tiene que desarrollarse con total transparencia, imparcialidad y legalidad”, esas fueron las primeras expresiones del campesino Carlos Deivy Montano Vázquez, quien se desempeña desde hace casi 10 años como vocal de una mesa electoral en la circunscripción 69 del municipio de Cabaiguán, provincia Sancti Spíritus.
Montano Vázquez en cada jornada deja las huellas de sus manos en las plantaciones de la finca Santo Tomás del Saino, perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios Patria o Muerte, de la comunidad Juan González, donde reside.
Este joven de 32 años, graduado primero de técnico medio en Informática y más tarde como ingeniero agrónomo, refleja en sus ojos la satisfacción que se siente al sentirse útil como autoridad electoral en esa demarcación.
“Jamás se me olvidará que Enedina, una anciana de 82 años, quien presenta limitaciones para caminar, las cuales le impiden llegar al colegio para ejercer su voto, siempre que se realiza un proceso eleccionario, solicita que sea yo, junto a los pioneros, quien la visite con la boleta, eso demuestra la confianza depositada en mí”.
Este campesino cabaiguanense vive cada día entre plantaciones de boniato, malanga, yuca, tomate y otros cultivos, sin dejar de atender su responsabilidad como autoridad electoral en el momento que haga falta. Junto a su esposa y su hija de tres añitos, Yenny Montano Contigo, convive en una modesta casa de tablas de palma y tejas, heredada de su abuelo, con la convicción de que seguirá en funciones electorales mientras le haga falta a esta Revolución cubana, porque asegura que: “Para asumir como autoridad electoral es indispensable ser un verdadero revolucionario, actuar siempre con la verdad, sin paternalismos”.
Ya al final de nuestro diálogo, también deja claro que con Carlos pueden contar desde el surco o en una mesa electoral para lo que necesite el pueblo. La entrega a Acopio, hace apenas unos días, de alrededor de dos toneladas de tomate ensalada y unos 500 quintales de chopo, salidos del sudor de este hombre, así lo demuestra.
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