En diciembre de 2019 cuando la ciudad de Wuhan inició una crisis; que muchos alertaron como una neumonía de causas desconocidas para luego convertirse en la mayor crisis sanitaria, social y económica de la historia reciente; La delegada del Poder Popular Lubia González, no imaginó que, tan solo unos meses después, jugaría un papel primordial en su comunidad
Por: Yanelys González Jacomino (Comunicadora Social de la AMPP de Cabaiguán)
Tomado de: https://www.parlamentocubano.gob.cu/
Con la aparición en Cabaiguán del SARS-COV-2, Lubia González Cruz, presidenta del consejo popular Urbano II de este municipio espirituano y delegada de la circunscripción 87, asumió otras responsabilidades en interés de toda la comunidad: ayudar a los grupos más vulnerables que serían afectados por esta terrible enfermedad, así como respaldar a los profesionales de la Salud en el control de las medidas higiénico-sanitarias que evitarían el contagio.
La faena no resultaba extraña a sus electores, porque ellos ya conocían de su labor y empeño para ayudar a la comunidad; de ahí los buenos resultados alcanzados en función del desarrollo de su patria chica.
Con su liderazgo en el enfrentamiento a la COVID-19 en la zona, ha contribuido a preservar la salud y la vida de las personas, junto a la estrategia económica y social del terruño, teniendo como prioridad en la batalla contener el nuevo coronavirus con las medidas organizativas e higiénico-sanitarias dirigidas a la protección de los sectores más vulnerables, garantizar el aislamiento social en las demarcaciones en cuarentena, el accionar de los grupos de apoyo y la distribución equitativa de los productos de primera necesidad, entre otros aspectos.
Lubia, no ha estado sola en este combate donde ha llevado el papel protagónico en las comunidades, ya que las organizaciones sociales y de masas, trabajan intensamente y cuentan con muy buena disposición y experiencias en favor de la unión que demandan los tiempos actuales.
Nacyra Cruz Acosta, directora municipal de Educación, la describe como «una mujer de acero y miel; que quien la rodea está obligado a admirar y complacer por su extrema laboriosidad, humanidad y dedicación, siendo ejemplo de mujer cubana que respira Patria con el corazón».
«Sin horarios ni tiempo para el descanso, ha apoyado en todo en la comunidad. ¡Para mí es la mejor!», afirma Sheyla Castro Díaz, delegada de la circunscripción 2, que pone a la presidenta de su Consejo Popular, en la cúspide representativa de la mujer cabaiguanense, que apoya a la Revolución constantemente manteniendo ese vínculo constante con el territorio e integrándose a todas las funciones que desde el Consejo de Defensa Municipal se han orientado para preservar, ante todo, la salud del pueblo. «Gran madre, hija, hermana y una amiga incondicional».
«Necesitamos muchas Lubias para seguir avanzando y consolidando el Socialismo», dice Sonia Acosta Martín, profesora del Grupo de Extensión Universitaria y presidenta de la Cátedra Martiana en el municipio. «Es el símbolo representativo de una mujer en Revolución; optimista, afable, dispuesta siempre a servir y dar su mano. Es amiga sincera que convence a su pueblo y lo lleva a vencer en cada tarea», destaca.
Por su parte, Laritza Concepción del Toro, vicepresidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Cabaiguán, reconoce que «su consagración al trabajo en su Consejo Popular ha permitido ir librando esta guerra sin tregua contra la pandemia, y es justo y necesario resaltar el trabajo realizado en todo este tiempo como representante del pueblo en la base. Con mucha dedicación y compromiso, asume cada día disímiles tareas: velando por el acceso a los alimentos y a los servicios básicos, protegiendo a los vulnerables, organizando la vida en las comunidades».
Por el tesón de Lubia González Cruz se han alcanzado resultados como el fortalecimiento en la relación entre los delegados que integran el Consejo Popular, visitas a las circunscripciones, apoyo en la solución de los principales planteamientos de la población, en la preparación con los documentos rectores, entre otros. Además, ha brindado atención diferenciada a las demarcaciones con situación más crítica apoyando al delegado en las reuniones del Grupo de Trabajo Comunitario Integrado de cada comunidad.
Con la situación de la COVID-19 el Consejo Popular se ha visto afectado con eventos, casos positivos, casas aisladas, zonas de restricción, donde ella con su grupo de trabajo comunitario ha apoyado la labor de salud, ha servido de mensajera haciéndole llegar los productos a las viviendas afectadas, ha acercado los servicios a las zonas restringidas, y mantiene la vigilancia del cumplimiento de las medidas establecidas por el Consejo de Defensa, destacando su presencia en la vanguardia.
Así es Lubia, una mujer que encarna las virtudes de una líder. «Arrastra» sin esfuerzo a la gente; aprende junto a ellos; escucha, respeta, y todo lo hace por su comunidad, y no pierde los deseos de hacer por su gente. Lucha contra todo lo que obstaculice el éxito de alguna acción, en el control de las medidas higiénico-sanitarias para evitar el contagio y propagación del nuevo coronavirus, el apoyo a la inmunización en los vacunatorios, alienta a los estudiantes de Medicina en las pesquisas, visita a los enfermos positivos a la COVID-19, a las familias vulnerables con la Comisión de Prevención, con la enfermera y la doctora de su comunidad llevando la vacuna a los postrados y encamados, contando con el respaldo de sus electores, como Daniel Castro Felipe «el motonetero».
Lo más importante para el grupo comunitario liderado por esta mujer, amada por la comunidad, es el trabajo unido, con debates o discusiones; pero llegando a acuerdos. Lo otro, es lograr que funcione de la mejor forma posible la bodega, el consultorio y los lugares construidos también por los propios pobladores.
Para ella, ser Presidenta del Consejo Popular Urbano II de Cabaiguán y delegada de la circunscripción 87 es un mérito, un reconocimiento popular, pero ello entraña un compromiso mayor porque fue electa para representar a quienes la eligieron, por lo que se entrega con amor a esa labor y sabiendo que ello no entraña privilegios personales.
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