Los ingredientes de la soberanía alimentaria y nutricional son múltiples y conforman una compleja urdimbre que hay que ir organizando y optimizando, hasta que dé los frutos que el país necesita y desea.
“Creo que vamos transitando un camino; (…) a uno le satisface que ya vemos una expresión concreta de gestionar lo que va aportando la ciencia en este tipo de encuentros”, expresó en la mañana de este viernes el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante el encuentro con científicos y expertos para la soberanía alimentaria y nutricional.
Aunque no es tarea fácil, constituye un asunto medular para el país hacer que todos los universos de saberes cultivados en décadas se conviertan en bienestar tangible que llegue a lo cotidiano de cada familia, y que tal suerte pueda nacer principalmente de los escenarios locales, de esos mundos pequeños con los cuales se conforma la totalidad de Cuba.
El concepto anterior puso el tono a la reunión que también contó desde la presidencia con el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, con el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, así como con la viceprimera ministra, Inés María Chapman Waugh.
Los ingredientes de la soberanía alimentaria y nutricional son múltiples y conforman una compleja urdimbre que hay que ir organizando y optimizando, hasta que dé los frutos que el país necesita y desea. Por eso no resultó extraño escuchar hablar en la reunión sobre cómo marcha la política de los bioproductos, o la elaboración de la política de extensión agraria, o la aplicación de biofertilizantes, bioestimulantes y bioplaguicidas en cultivos prioritarios como el frijol, el arroz o el tomate.
Especial atención motivó la exposición alusiva a las bases para modos de gobernar en los sistemas alimentarios locales, a cargo del Doctor en Ciencias Jorge Núñez Jover, profesor de la Universidad de La Habana, y que dirige en ese centro de altos estudios, la Cátedra de Ciencia, Tecnología y Sociedad.
En esencia, según explicó Núñez Jover, un sistema alimentario local significa, en primer lugar, no pensar solo en la producción de alimentos, sino también en cómo llevar con éxito esa producción, la distribución y un consumo que sea de calidad, que nutra a las personas.
Tal sistema, enfatizó el profesor, no es mero asunto de un ministerio o de una oficina, porque implica un empeño intersectorial, donde las instituciones, lideradas por el Gobierno, se unan en un propósito común.
Un sistema alimentario local, para que sea una realidad exitosa, debe -como explicó el profesor de la Universidad de La Habana- movilizar todos los saberes posibles: el del campesino, los intendentes, gobernadores, científicos; es decir, el haz de capacidades disponibles a nivel territorial para impulsar el desarrollo alimentario.
Lo otro en lo cual hizo énfasis Núñez Jover tiene que ver con la necesidad de que el sistema alimentario local posea competencias para poder ejercer su rol: no basta, aclaró el Doctor en Ciencias, que el intendente, o el gobernador, logren reunir a todos los actores en torno a un proyecto; hay que ir más allá y lograr un diálogo con todas las instancias superiores que emiten señales; hay que buscar un acomodo producente entre los niveles nacional, provincial y municipal.
Ideas muy interesantes compartió Jover; entre ellas, que la gestión alimentaria y la territorial deben ir de la mano; que en esta batalla los municipios (casi todos en Cuba de base agropecuaria) son espacios cardinales; que la ciencia y la innovación deben ser vistas como pilares de la gestión del Gobierno; y que la sabiduría de quienes hacen producir la tierra no debe ser subestimada.
Las decisiones a tomar en un territorio, como reflexionó el profesor universitario, deben ser trajes a la medida. Y la otra verdad compartida por él en el encuentro es que, en temas de desarrollo local, “hay que construir a mano las decisiones”.
Otras voces se sumaron para hablar, por ejemplo, sobre cómo hacer para que en un municipio una unidad empresarial de base funcione aun cuando su empresa no radique en su mismo territorio; o cómo lograr la gestión integral del conocimiento en la producción de los alimentos que se necesitan; o cómo lograr que el productor cubano -de una probada nobleza, que explica de corazón cómo hace su trabajo y triunfa- realmente se sienta dueño de cualquier programa alusivo a él.
Hacia el final del encuentro Díaz-Canel valoró que, por cómo se está dando seguimiento a la implementación de temas abordados en encuentros anteriores, ya se empieza a ver “una manera práctica de buscar, de gestionar la innovación”. Pero, dijo, la innovación será una realidad cuando lo pensado se aplique a “escalas más integradoras, más amplias en todo el país”, con resultados concretos en el bienestar de la población.
En cuanto al sistema de trabajo que se desarrolle, el Jefe de Estado habló del valor que hay en que los científicos y los expertos sean convocados no solo para aportar sus saberes sino también para los momentos de enriquecer políticas o de medir los impactos de las mismas, con sus posibles transformaciones sucesivas.
El mandatario destacó el valor de los municipios como escenarios donde se deciden muchos de los cambios que el país está necesitando; e hizo referencia a la importancia de potenciar los sistemas productivos locales.
Sobre la relevancia de capacitar a los actores que deciden el éxito, Díaz-Canel hizo referencia a la necesidad de capacitar a las figuras de gobierno que están relacionadas con la suerte local: “hay que, rápido, preparar a esas estructuras que son figuras nuevas en la gestión de gobierno en Cuba, que son los intendentes con su administración municipal, para poder desarrollar todos estos programas”.
Hizo referencia a una necesaria preparación acerca de lo que ya está aprobado: el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, la Estrategia económico social para enfrentar la crisis en las condiciones actuales, el Plan de Soberanía Alimentaria y Nutricional, y la Política de Desarrollo Territorial. Sobre esta última, expresó: “hoy, aquí, hemos presentado como parte de la implementación de esa política los sistemas alimentarios locales que forman parte de los sistemas productivos locales en los que tanto hemos insistido”.
Sobre la preparación, el Presidente cubano habló de dar herramientas: ¿Cómo se gestiona? ¿Cómo un intendente lleva un sistema de gestión? Hay que dar, puntualizó, elementos de administración pública, de contabilidad, de planeación estratégica para que quienes gobiernan puedan tener la competencia esperada.
A los científicos y expertos, Díaz-Canel les dijo: “Los dos primeros encuentros ya están en los planes de la agricultura. Ahora hay que ver cómo eso llega hasta nivel local, y a fin de cuentas cómo llega a materializarse en resultados productivos que tengan impacto en la sociedad.
“Creo que vamos integrando y que vamos avanzando de una manera más armónica, (…) por lo tanto les agradecemos, una vez más, todo el aporte que va haciendo el sistema de ciencias del país para mejorar la gestión de gobierno, sobre todo orientada a elevar el bienestar de nuestra población”.