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Dialogó Díaz-Canel con profesores y estudiantes de la Universidad de La Habana

La Habana, 26 mar. «Quería, más que agradecerles, reconocerles la importancia del papel que ustedes han jugado». De tal modo se expresó el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante un intenso y emotivo diálogo con estudiantes y profesores de la Universidad de La Habana.

El Jefe de Estado lo hizo en clara alusión a cómo Cuba ha dado la cara a la COVID-19, gigantesco desafío que se ha sumado a otros ya existentes en la nación caribeña, y ante los cuales ese tesoro intangible que es el conocimiento ha lucido sus mejores galas.

Desde el edificio Enrique José Varona de la Universidad de La Habana, Díaz-Canel convocó a sus interlocutores a seguir adelante, como un gran equipo, en todo cuanto el país está soñando e implementando.

En un encuentro que ya ha tenido lugar en otros escenarios de Cuba, para repasar cuánto han hecho nuestras casas de altos estudios en estos tiempos de COVID-19, el dignatario convidó a imaginar qué hubiera sido de nosotros de no haber contado con la ciencia fortalecida en tantos años, de no haber tenido el actual sistema de Salud –al que no le ha faltado capacidad para asimilar innovación–; preguntó qué hubiera sucedido sin la participación de los estudiantes universitarios, de los jóvenes que, espontáneamente, salieron a cumplir tareas de alto riesgo, sin esperar a ser convocados.

Resultó inevitable que el Presidente mencionara, también, «la calidad de nuestro pueblo, porque independientemente de que a veces nos irritamos, o alguien tiene alguna insatisfacción por algún comportamiento, por alguna indisciplina, la gente se ha estado moviendo en una situación muy compleja en lo familiar, muy compleja en lo individual, muy compleja en la vida, pero, en sentido general, ha existido una respuesta, y eso es lo que nos ha permitido que los indicadores nuestros en el enfrentamiento a la COVID-19 sean superiores a nivel mundial».

Tendremos que hacer, entre todos, un homenaje a nuestro pueblo, y en ese reconocimiento las universidades ocuparán un lugar especial, valoró el mandatario durante la reunión, que contó con la presencia del miembro del Buró Político del Partido Comunista y vice primer ministro, Roberto Morales Ojeda; del ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi; así como de autoridades del Partido y del Gobierno en la capital.

La reunión tuvo un singular comienzo: se dio lectura a una Resolución Rectoral que resuelve un Reconocimiento Especial de la rectora de la Universidad de La Habana, la doctora en Ciencias Miriam Nicado García, al Presidente Díaz-Canel, así como la entrega, al mandatario, del sello de esa casa de altos estudios, «medular en la historia nacional y baluarte de nuestra Revolución Socialista».

Entre las razones para hacer tal reconocimiento en acto público, este 25 de marzo, la Resolución incluye, en referencia al Jefe de Estado, «su vocación científica», la cual le ha «permitido conducir procesos estratégicos en la dirección de la política general de Cuba, en los planos interno e internacional, tales como el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19, el ordenamiento monetario y cambiario, el trabajo político e ideológico, la atención a problemas sociales, la prioridad en el desarrollo de los sectores estratégicos, en la informatización y la utilización de la comunicación social, en el perfeccionamiento del ordenamiento jurídico, en la proyección solidaria e internacionalista de nuestro país».

En medio de aplausos, la Rectora Miriam Nicado, miembro del Buró Político, dio cumplimiento a la Resolución y, seguidamente, hizo un recuento de todo lo hecho en tiempos recientes por la Universidad de La Habana. Mencionó los tres centros de aislamiento sanitario atendidos por la prestigiosa institución, las movilizaciones espontáneas de estudiantes y profesores, las jornadas agropecuarias, las donaciones de sangre, los trabajos científicos en función de las urgencias del país, los logros editoriales y, en sentido general, una filosofía de pensar como país, de trabajar con otras entidades, por ejemplo, en más de 40 tareas enfocadas en los sectores energético, de bioproductos y de informatización.

De otras tareas habló la Rectora, entre ellas, la atención a 153 lugares que forman parte del Sistema de Atención a la Familia (SAF) en la capital, la articulación entre ciencia y Gobierno, la participación de la Universidad en los actuales ensayos con los candidatos vacunales, incluido el esmerado trabajo de coordinación en todos los vacunatorios de la provincia.

Se sucedieron los testimonios de estudiantes y profesores, más de una vez entreverados con preguntas y reflexiones del Presidente cubano. Quienes habitan esa gran familia universitaria tienen mucho que contar sobre cómo organizar mejor el SAF y el funcionamiento de los centros de aislamiento, sobre cómo hacer para que la comunicación optimice cada servicio.

Los jóvenes, ya marcados para siempre por meses de una experiencia intensa y de gran fibra humana, hicieron hincapié en el valor del control popular, volvieron, una y otra vez, sobre una realidad que implica un gran salto: la Universidad de La Habana, como otras del país, se fue a las calles, allí donde el pueblo lucha a brazo partido por salir victorioso de múltiples batallas.

Hacia el final del encuentro, donde los presentes iban de una emoción a otra, mientras escuchaban a esos jóvenes desprejuiciados y sinceros, el Presidente Díaz-Canel recordó a Julio Antonio Mella, nacido el 25 de marzo de 1903. Recordó su presencia y ejemplo paradigmático.

Agradeció a la Universidad de La Habana por el reconocimiento extendido a él, el cual definió como algo de gran valor. Rememoró otras etapas de su trabajo como dirigente, y quiso resaltar cuánto ese centro de altos estudios le aportó en conocimientos y en formación.

«La Universidad de La Habana, dijo, siempre va a ser paradigmática, porque es nuestra Universidad más antigua y porque, como todo el mundo dice, es la Universidad de Fidel», y la definió como un vórtice de debates y de múltiples aportes.

El Jefe de Estado hizo una enumeración de contribuciones esenciales hechas por la Universidad de La Habana a la sociedad: los caminos de la informatización –tanto del gobierno como del comercio electrónico–, los 33 programas de Gobierno que se están llevando a cabo y en los cuales han tomado parte académicos y científicos, muchos de los cuales son de la casa de altos estudios, y la incorporación de las ciencias sociales.

Sobre este último aporte y su trascendencia, el Jefe de Estado puso como ejemplo que puede pretenderse cambiar una tecnología en el ámbito de la agricultura, pero si esa voluntad no va acompañada de conocer, a través de las ciencias sociales, cuáles son las motivaciones, las aspiraciones, la cultura de cada escenario, es muy probable que fracase el propósito, por no haberse estudiado antes a los artífices de los posibles cambios.

Díaz-Canel destacó el papel jugado por la Universidad de La Habana, con sus saberes, en los procesos de nacimiento de los candidatos vacunales, en la elaboración de los modelos matemáticos que tanto han ayudado, en estos tiempos, a pronosticar el comportamiento de la COVID-19, en la confección de modelos geográficos o demográficos.

La Universidad de La Habana siempre tendrá entre sus tareas atender problemas medulares del país, resaltó el dignatario, quien apuntó que las transformaciones en la capital, si son para bien, harán que el país también esté mejor en el orden comunitario, en el orden de la gestión de gobierno –donde hay que poner todavía mucha ciencia–, en el orden de la preparación de los cuadros, y de otros procesos vitales.

Sobre las investigaciones humanísticas –de las cuales hay muchas en la institución– el Presidente hizo referencia a temas en los que Cuba ha dado grandes batallas y que el enemigo pretende capitalizar: la lucha contra todo tipo de discriminación, la defensa de la mujer, el cuidado de los animales. Son temas, dijo, a los que no debemos temerles, sobre los cuales hay que reflexionar para seguir avanzando.

De otros temas cardinales habló Díaz-Canel: de la labor ideológica para defender la Revolución, de estar en las redes virtuales con nuestros contenidos, a pesar de la perversidad del enemigo, de aplicar ciencia e innovación a la política de cuadros, y a otras aristas que son fundamentales en la construcción del socialismo cubano.

«Pudiéramos sistematizar un encuentro, cada dos meses, de la dirección del Gobierno del país con la Universidad de La Habana, y vamos abordando estos temas», propuso el mandatario, quien quiso saber más de una vez si los presentes estaban de acuerdo.

A los estudiantes y profesores que han estado participando en las tareas de enfrentamiento a la COVID-19, Díaz-Canel Bermúdez les dijo que «han crecido como seres humanos, como revolucionarios, como ciudadanos; han crecido en sentimientos, en valores, en convicción». Y también él hizo una observación que habla del aporte de nuestras universidades hoy: los que dieron el paso al frente hicieron desaparecer las barreras entre los recintos académicos y la sociedad, tan necesitada de esa inteligencia.

(Granma)

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