Para hablar de la labor de los médicos cabaiguanenses a través del tiempo, se necesitaría escribir muchas cuartillas o realizar numerosos programas radiales. Son muchos, los que desde finales del siglo XVIII, constan en los anales escritos del territorio.
Hoy, la ocasión invita a detenerse en la figura de Delfín Mateo Garzón Pérez. Para cualquier cabaiguanense y espirituano, este nombre no resulta ajeno.
Graduado en Medicina desde el año 1962, en la Universidad Santa Clara, realizó su especialidad en Ortopedia y Traumatología y se incorporó a trabajar en la remota zona se Sopimpa, perteneciente al municipio de Fomento. Posteriormente se trasladó al Hospital de Sancti Spíritus, donde desempeñó su labor además como docente. Dentro de ese período cumplió misión internacionalista en Angola y posteriormente se reincorporó a su labor, ahora en el recién inaugurado hospital Camilo Cienfuegos. En la cabecera provincial trabajó durante 21 años. Posteriormente se trasladó para Cabaiguán y continuó ofreciendo atención en el Hospital Municipal. Atento, acertado y con amplios conocimientos dentro de su especialidad, ha contribuido en múltiples ocasiones a la rehabilitación de sus pacientes, así como al diagnóstico acertado en cada caso.
Para Garzón los años no pasan, a pesar de algunas limitaciones de salud, cumplió misión en Venezuela durante la etapa en que se encontraba al frente del país el presidente Hugo Chávez y aún guarda con orgullo la bata que usara durante ese período.
Ahora, aunque asegura sentirse con disposición, los 74 años le pesan y le ha llegado el momento de recoger su pluma y guardar su bata blanca. Con 57 años de labor, aún vive el médico en su interior y Cabaiguán, desde esta página, lo saluda en este día de la Medicina Latinoamericana.
