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Don Noel deja su marca en Cabaiguán

Noel Morales Rojas el más representativo de los vinicultores cabaiguanense fue sepultado en la mañana de este domingo 19 de marzo


Noel Morales Rojas, continuo con la tradición de sus ancestros la producción de vinos de manera artesanal

Por: Aramis Fernández Valderas

Noel Morales Rojas, hijo de padre proveniente de las Islas Canarias siempre estuvo atento a las garrafas, las uvas y los productos vinculados a la producción de vinos artesanales, herencia familiar con más de cien años de historia en Cabaiguán que el junto a su esposa e hijos siguieron al pie de la letra.

Hoy su inerte cuerpo entra a la tierra como las simientes de las frutas  que los antepasados plantaron para darle el gusto a las bebidas.  El es el culpable de que el sabor  de Cabaiguán esté presente en  otros lares porque  muchos de quienes visitan el territorio, cargaban con alguna botella de los vinos “Don Noel” de alta calidad, y puramente ecológicos.

Tras sufrir en los últimos tiempos un padecimiento renal, que poco a poco fue minando su salud hasta provocarle la muerte, Noel Morales Rojas la noche de este 18 de marzo dejó la cosecha en manos de su esposa e hijos y dejó para siempre la marca “Don Noel”, que trascienda la propia vida del  experimentado vinicultor.

El también profesor de inglés, fue un hombre tozudo, por mucho trabajo que pasaba, nunca dejaba de experimentar, de andar sobre la bicicleta calzando los botines, los cuales  más que tradición le servían para proteger sus piernas afectadas por problemas circulatorios.

El hombre campechano, no solo te vendía el producto, era un experto en marketing, de esa manera te paseaba por la bodega, daba de probar varios tipos de la bebida y explicaba gran parte de la historia del producto, al terminar seguro que no solo llevabas una, sino dos o tres de aquellas botellas, lustradas con un paño sumamente blanco.

El cabaiguanense que anoche alzó la última copa y brindó por el amor a su terruño, será eternamente recordado por los pobladores de la comarca y los vinicultores cubanos de cuya asociación llegó a ser presidente hasta nivel nacional y se convirtió en uno de los mayores exponentes de la agricultura urbana en el país al recibir la “Triple Corona”, el máximo galardón que otorga la misma.

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