A quienes todavía piensan que el bloqueo es una justificación: ¿por qué no se suman a esta batalla y nos ayudan a ganarla, a ver qué pasa?… es más, ¿por qué no nos quitan la “justificación”… a ver qué pasa?
Por: Lillipsy Bello Cancio
Por más de sesenta años Cuba ha tenido que vivir sitiada, aprender a subsistir a un bloqueo económico y financiero impuesto por disímiles gobiernos norteamericanos que ha afectado, sí, la gestión de un Gobierno empeñado en que su gente viva mejor, pero por sobre todas las cosas ha aquejado la familia cubana en cuestiones tan sensibles como, por ejemplo, la calidad del proceso docente educativo en la enseñanza especial.
Conversar con cualquier funcionario, especialista, o maestro de esta rama, nos confirma que esta área educativa es muy costosa por el equipamiento que requiere la atención a las diferentes discapacidades, eso sin mencionar, que aun siendo la misma invalidez, las necesidades pueden diferir entre uno y otro estudiante.
Por solo mencionar un par de casos, los educandos con discapacidad visual necesitan recursos como la máquina y hojas braille; quienes presentan discapacidad física motora requieren sillas de ruedas, y los de baja visión, bastones, cuya adquisición es compleja por los obstáculos impuestos por el bloqueo.
Esta genocida política afecta también los mantenimientos e inversiones en nuestra escuela especial, lo cual pudiera revertirse en mejores condiciones de alojamiento, alimentación estancia de los pequeños necesitados de este tipo de atención… eso sin contar la imposibilidad de realización de audiometrías a los alumnos con discapacidad auditiva y el necesario implante coclear en edad temprana.
Por otra parte, la baja disponibilidad de medicamentos necesarios para los niños de esta enseñanza es una de las limitaciones que enfrenta el sector educacional a causa del bloqueo, pues en semejantes condiciones, se agudizan sus situaciones de crisis, las cuales afectan el desarrollo de su aprendizaje.
El “Informe sobre las afectaciones del bloqueo al sistema educacional cubano”, referente al recién concluido 2020, publica nuestro país, precisa que “la necesidad de adquirir equipamiento especializado en terceros países trae como resultado el incremento de los precios por la lejanía y por el costo de los fletes, con demora en su entrega, y la disminución en la adquisición de otros renglones deficitarios, lo que en la situación que vive el mundo por la pandemia de la Covid-19 y el recrudecimiento del bloqueo se han encarecido considerablemente”.
Por ejemplo en el caso de los educandos con discapacidad física-motora, no se han podido adquirir aditamentos como las sillas de ruedas eléctricas para niños que por sus patologías de base no pueden usar una silla de ruedas convencional. Este recurso se recibe, por lo general a través de donaciones, o de lo contrario es necesario importarlo de países más distantes geográficamente y a un precio bien elevado.
Igualmente sucede con las prótesis que se utilizan cuando existe agenesia de miembros, puesto que nuestro país no cuenta con el material óptimo que facilite el mejor manejo y la estética de los niños que lo requieran, materiales que por demás se producen en países del primer mundo y su importación no se puede realizar por las restricciones que impone el bloqueo a terceros países en cuanto a sus relaciones comerciales con Cuba.
En las condiciones actuales, en que la COVID-19 nos obliga a adoptar alternativas como las clases televisivas y el uso obligatorio del nasobuco (los educandos no pueden acceder a la lectura de los labios), la enseñanza para los alumnos con discapacidad auditiva se hace más compleja y se limita mucho más la comunicación, al no contar con sus prótesis auditivas.
Pero en estos tiempos de pandemia, así como hemos acorralado al virus, también continuaremos enfrentando la hostil y genocida política del gobierno norteamericano con respecto a esta isla hermosa… y a quienes todavía piensan que el bloqueo es una justificación: ¿por qué no se suman a esta batalla y nos ayudan a ganarla, a ver qué pasa?… es más, ¿por qué no nos quitan la “justificación”… a ver qué pasa?
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