Carpintero y a mucha honra, fue Manolo y lo es su hijo, oficio que el padre cultivó en Cabaiguán independientemente de haber nacido en la provincia de Matanzas.
Por: Osbel Ramón Díaz
Entre madera, torno, plana y sierra transcurrió su vida. Su nombre, Manuel Hernández Alfonso, pero en todo Cabaiguán se conoció como «Manolo el Carpintero».
Aunque nació el 17 de Mayo de 1921 en la ciudad de Cárdenas, Matanzas hizo sus maletas muy joven hasta la zona rural de Neiva en Cabaiguán donde ganó la admiración de los vecinos gracias a sus trabajos.
El Carpintero, supo «curar» bien la madera de su vida junto a Marta Águila Rodríguez con la cual «barnizó» para siempre una relación amorosa de la cual, juntos «tornearon» tres hijos( 2 hembras y 1 varón).
Manolo fue fundador de la carpintería Unión Proletaria en Cabaiguán junto a otros reconocidos carpinteros, aunque tuvo siempre taller particular en la propia sala y portal de su casa en la calle Masó # 150 entre C y D en el reparto Obrero la cual con el paso de los años amplió en el pasillo de dicha vivienda.
Múltiples fueron los trabajos realizados por Manolo el Carpintero en beneficio de la población; pero Joaquín su hijo mayor, aún recuerda con agrado los bates de béisbol que su padre solía «tornearle» al reconocido Owen Blandino el gallo de Cabaiguán.
Precisamente el primogénito continuó los mismos «cortes» del padre y ni el polvo del aserrín que experimenta junto a los vetustos instrumentos heredados de su papá y la ausencia paternal le han separado de la madera, esa que sigue esculpiendo con sus enseñanzas.
Dentro de los objetos, herramientas y fotos que resguarda con celo, mantiene como algo especial el cuño con el que su padre certificaba sus trabajos.
Manolo el Carpintero, falleció el 29 de Marzo de 1998, aún hoy se sigue recordando como parte de la historia laboral de nuestro municipio.