La proeza de un hombre de campo se puede medir de diferentes maneras, según la actividad que practique. Existen diferentes labores en las que tiene que crecerse y presentar, como se dice, el corazón en el medio del pecho. Entre muchas de esas labores podemos recordar las domas de caballos cerreros y de toros, para convertirlos en bueyes para la labranza de tierras, castrar colmenas de abejas y entre otras la acción de recoger el palmiche de las palmas reales. En esta labor siempre se has destacado algunos campesinos, pero no muchos. En la actualidad, si acaso quedara algún que otro desmochador. Subir por el tronco de la palmera es muy riesgoso y requiere de experiencia y valor, además de los engarces de soga conocidos como trepaderas, con los que pueden subir o descender.
El pequeño fruto de las palmas reales es utilizado para la alimentación de los cerdos y también se puede sacar aceite con forma industrial. Además las hebras, donde está sujeto, sirven como escobas para barrer y hasta para hacer brochas. Lo más interesante, es que en la zona central que antes fuera provincia de Las Villas han existido siempre muchas palmeras y en otros tiempos el oficio era más practicado.
Según consta en documentos y la prensa local, el 15 de noviembre de 1964 fueron convocados los desmochadores del país y especialmente de la región villareña, para una competencia gigante, que no solo sería premiada, sino que traería para la provincia una considerable recaudación del grano en poco tiempo, ya que el certamen concluiría el 30 marzo del siguiente año. Fueron implicados los directivos de las secciones sindicales agrarias, los miembros del PURSC y las asociaciones campesinas para la divulgación y organización de la actividad. Los destacados se evaluarían a nivel municipal, provincial y nacional y éstos, presentarían los certificados acreditativos de cada entidad donde realizaron su trabajo y la cantidad de racimos cortados.
Si bien, por ahora no se logró alcanzar el resultado de la competencia, resulta valioso desandar pasos sobre esta labor tan añeja como tradicional y útil de la cultita campesina.