La obra data del año 1927, cuando durante del gobierno de Gerardo Machado se realizaba la construcción de la carretera Central. La ruta que debía seguir esta vía, según los trazos de Obras Públicas, distaba en varios kilómetros del centro poblacional. Esta situación provocó que el libanés José Chamán Milla y el ingeniero Manuel Coroalle, acariciaran la idea de contactar con alguna persona influyente del gobierno para lograr acercar o más bien, atravesar el poblado con la moderna vía de comunicación, y que la amplia Avenida de Placetas se convirtiera en un paseo al estilo del Prado Habanero. Ambos se trasladaron a la capital en compañía del placeteño y representante a la Cámara Pastor del Río Carrillo.
Para satisfacción de todos, el Ministro accedió al desvío y entre los años 1928 y 1930 se desarrolló todo el proyecto constructivo de la carretera y en los últimos años, incluyendo 1931 se realizó la construcción del Paseo, que inicialmente fue denominado Carlos Miguel de Céspedes, en honor al Ministro de Obras Públicas.
A pesar de no contar con la impronta de su inauguración se conoce que ésta ocurrió el 24 de febrero y que el alborozo de los vecinos fue total.
Si bien en los primeros momentos careció de áreas verdes, muy pronto fueron plantados varios pinos en los extremos de los pasajes centrales de acceso, mientras que en el intermedio crecían las majaguas.
Aún en la actualidad, sus árboles fueron podados para facilitar alguna entrada de la luz solar y el trabajo en las luminarias que serán instaladas a fin de lograr su declaración como Patrimonio Inmaterial Intangible. Se conoce que en los finales de la década de 1940 fueron sembrados los árboles que llegaron hasta nuestros días, los que serán vestigios también de los esfuerzos de su pueblo por mantener esta exclusiva joya de Cabaiguán, que arriba hoy a su 89 cumpleaños.