El patrimonio de un territorio o de una nación está contenido en todos los elementos que conforman su historia y que lo hacen identitario.
Por: Daisy Martín Ciriano (Museóloga)
Cada etapa vivida por un pueblo deja huellas, las que perviven o se borran, pero queda ahí lo tangible e intangible, lo que no aparece explícito, pero que sin embargo late en cada letra de su nombre.
Para muchos es más conocido el patrimonio tangible porque lo han visto a diario, porque aún se levanta o se palpa, pero aquello que hizo historia y que aún se recuerda o rescata es tan importante como lo anterior.
En Cabaiguán aún existen edificios como La Colonia Española, La tienda Yanes, Islas Canarias, el chalet de Abelardo Martínez Fortún, la clínica de Gamboa y muchos más incluyendo la casa museo de Chamán Milla que hoy es la terminal de ómnibus. Esos edificios, con excepción del último y el chalet de Fortún han recibido tratamiento de restauración, no así el resto. Otros sitios como el parque José Martí, clama por que se cumpla aquella promesa de restauración que llevaba implícito las farolas, los bancos y los pisos. Eso se detuvo y hasta estos días no se ha intervenido nunca más. El paseo después de 2014 sufrió algunos deteriores y dañinas intervenciones en su alumbrado que lo mantiene hoy con escasa iluminación y sin completamiento de sus lámparas por lo que no se ha podido declarar patrimonio local.
Así se resume que el patrimonio tangible en Cabaiguán se encuentra afectado notablemente, no así el intangible. Hoy vemos con satisfacción que el trabajo sistemático de la Danza Isleña de Pozas es reconocido al ser propuesta para reconocimiento nacional dentro del patrimonio de la nación.
Otros elementos combinados entre tangibles y no se encuentran dentro del Museo Etnográfico Regional y la cultura campesina, muy bien preservados por los trabajadores de la institución. Bien vale la pena que otros valores patrimoniales como el Club del danzón, el ejercicio del bordado canario en el territorio, el repentismo, entre otros tienen alguna salud, pero la Comisión de Patrimonio y los que aman la historia del pueblo deben velar por ella.
Los adultos desde su hogar pueden contribuir a conservar nuestro patrimonio con su participación activa en el programa Canas y otros donde su testimonio sea valioso por el tema tratado. Además sirviendo de informante a los niños que a ellos se acerquen, donando fotos y documentos que posean al archivo y a museos. Su testimonio oral y gráfico es muy importante.
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