Por: Daisy Martín Ciriano (museóloga)
Al acercamos a la historia de Cabaiguán, nos asombra el gran número de personalidades que sin haber nacido en este terruño son acogidos como verdaderos hijos y como tal han entregado lo mejor de sí.
Así resulta con Virgilio Soto Lazo, quien nació el 27 de noviembre de 1934, en la finca La Aguadita. De origen campesino tuvo residencia en distintos lugares de la zona y a los 8 años de edad se estableció en la finca Santa Susana del actual municipio de Taguasco, donde se vinculó con la música tradicional campesina.
Este fue su despuntar en el repentismo y a partir de esa fecha participaba en algunas parrandas de la zona y cantaba decimitas aprendidas y algunas cuartillas improvisadas. A pesar de trabajar en la agricultura la composición fue creciendo como semilla en su interior y aunque no poseía un alto nivel escolar, sus versos le salían de la garganta, cautivando a quien le escuchaba.
Después vinieron las presentaciones radiales y la participación en grupitos musicales, hasta llegar a Los Pinares. Ya por entonces, Virgilio brillaba en los escenarios. Gran cantidad de números, acreditaciones y fotos, avalan su participación en eventos y controversias, en programas televisivos y encuentros en el exterior, llevando siempre su cubanía apegada a su raíz agraria. Del programa campesino Fiesta en el Cañaveral surgió su popular identidad: el Sinsonte Jiquimeño. Este sobrenombre que con amor le identifica su pueblo.
Hoy, a los 86 años, junto a su esposa Migdalia, protegiendo la salud de su familia, Virgilio saluda a sus amigos, a su pueblo y a los admiradores de la música campesina. Siempre agradecido del cariño que le profesan. Y desde esta página, el pueblo de Cabaiguán le felicita y le desea larga vida para que continúe cantando ese Sinsonte Jiquimeño.