La cosecha en Sancti Spíritus entró al calendario principal bajo el reclamo de aumentar el procesamiento de caña y aumentar la producción sacando el máximo provecho al alto rendimiento industrial del central Melanio Hernández
Tomado de Escambray
Tras recuperar la estabilidad operacional del central Melanio Hernández, la zafra de Sancti Spíritus está delante del calendario en una cosecha que se extiende hasta la segunda quincena de marzo, etapa en la que deberá producirse el grueso del azúcar planificado, toda vez que el crudo elaborado hasta el 11 de enero —5 553 toneladas— equivale al 24 por ciento del plan del ingenio de Tuinucú, que asume en solitario la contienda espirituana.
La provincia está envuelta en una campaña inédita no solo porque interviene un ingenio, sino también por la estrategia de que más del 60 por ciento de la caña a procesar en la industria de Tuinucú la aportan las unidades productoras del central Uruguay, y porque concibe una operación industrial flexible que dedicó la primera fase a la obtención de meladura para utilizarla en producciones de rones y aguardientes, en tanto actualmente muele caña con vistas a producir azúcar para la canasta básica y otros encargos; y prevé cerrar con la elaboración de otra cifra de meladura.
En el plano azucarero se trata de una zafra bien discreta si se le compara con la potencialidad productiva de otros años, pero es el reflejo de la menguada disponibilidad cañera del territorio. Sin embargo, a lo interno juegan las mismas variables de siempre y, sin perder de vista que la obra mayor es recuperar el cañaveral, la contienda espirituana reporta hasta la fecha un comportamiento favorable en sentido general.
El Melanio Hernández arrancó a inicios de diciembre moliendo más de 9 600 toneladas de caña que le permitió fabricar 1 534 toneladas de meladura y asegurar la producción de 5 643 hectolitros de alcohol. A seguidas inició la elaboración de azúcar y hasta el miércoles se reportaban unas 2 377 toneladas de adelanto en el plan.
Antonio Viamontes Perdomo, director de la Empresa Agroindustrial Azucarera Melanio Hernández, refirió a Escambray que la primera etapa fue favorable en lo productivo y económico, permitió ajustar el dispositivo agroindustrial, en tanto hoy la campaña tiene su mejor medidor en el rendimiento industrial que supera lo planificado en dos enteros.
El aprovechamiento de la molida reporta un acumulado del 56 por ciento, por debajo de lo previsto y el mayor tiempo perdido tiene sus causas principales en el abasto por ferrocarril y en las roturas e interrupciones operativas del central.
Otros indicadores de la campaña apuntan al aprovechamiento del rendimiento potencial de la caña, la calidad del azúcar y el favorable trabajo energético del central, que logra autoabastecerse al 131 por ciento y hasta el 11 de enero registraba una entrega de 847 megawatts al Sistema Electroenergético Nacional.
“La zafra necesita ahora aprovechar este período, elevar la molida y afianzar la eficiencia, porque la cosecha, con algún que otro altibajo, está cumpliendo su parte”, dijo Viamontes Perdomo.
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