El comienzo de la contienda se anuncia para finales de diciembre, en medio de un complejo contexto económico
En medio, otra vez, de un complejo escenario económico-energético-financiero, con intermitencias en la canasta familiar normada y el precedente de una contienda extensa e incumplida, la Empresa Azucarera Melanio Hernández, de Tuinucú, da los toques finales a los preparativos para la zafra azucarera 2024-2025.
La intención es comenzar a moler el día 21, o antes, si se logra resolver cuestiones vitales en dos de las áreas claves: la de molino y calderas, además de otras asociadas con el transporte, como parte de un proceso de reparaciones que se ha hecho contrarreloj, luego de que la zafra anterior de alargara casi medio año (más de 180 días).
Acostumbrados a ese rigor, los hombres del Melanio descansan poco por estos días en que no todas las piezas e insumos están en mano. “El alistamiento sobrepasa el 96 por ciento —informó Antonio Viamontes, director de la empresa—, los trabajos se concentran fundamentalmente en el área de molino y la caldera número uno. Pensamos hacer la prueba el fin de semana y, sobre la base de lo que salga y los completamientos de aceites, gomas, baterías y combustible, que está entre los temas pendientes a partir de balances nacionales, pudiéramos estar arrancando a mediados de la próxima semana; eso sería antes de la fecha de arrancada prevista”.
El directivo señaló que las labores de reparación se han realizado en condiciones muy difíciles: “Hay que reconocer la voluntad y actitud de los trabajadores, alargando la jornada desde el primer día, trabajando todos los fines de semana, se ha atravesado por muchas complejidades, incluidas las desconexiones del sistema electroenergético nacional, la carencia de insumos, pero el proceso ha tenido un seguimiento diario por parte del grupo Azcuba, el Partido y el Gobierno del territorio. Ha sido poco tiempo y al ingenio se la han hecho un grupo de trabajos importantes, incluso superiores a otros años, y eso ha conllevado mayor trabajo y en menor tiempo”.
En el transporte automotor se dispondrá de 70 camiones y 74 remolques y en la maquinaria se cuenta con 11 combinadas Case y 50 KTP, las cuales, según la fuente, están todas listas mecánicamente, pero demandan del completamiento de aceites y baterías, así como los neumáticos. “Los niveles de gomas y baterías con los que va a contar la zafra están por debajo de las necesidades y hay que ajustar los medios y equipos a esas condiciones, hay atrasos en la llegada de gomas que vienen de la recapadora de Camagüey y todo eso afecta”.
Como en anteriores campañas, la transportación por ferrocarril resulta vital, sobre todo porque el 70 por ciento de la caña se trasladará desde áreas de la empresa Uruguay. “Se necesita el completamiento de los aceites de las locomotoras y de los carros jaula, contamos con unos 100 de esos carros reparados y nos faltan 50, para ello se hacen diversas estrategias entre los talleres de Uruguay y los nuestros a fin de alistarlos a partir de un grupo de recursos que entre Azcuba y Ferrocarriles van a ser liberados de la reserva, pero algunos no están en la provincia”.
Además, de la eficiencia de un central que en la pasada campaña estuvo más tiempo parado que activo, lo que más se necesita es caña permanente, un desafío superlativo, pues la mayoría proviene del Uruguay y el resto de cañaverales del Melanio y del central Heriberto Duquesne, de Villa Clara. “Lo que está balanceado en el estimado de caña son 271 000 toneladas, con esa materia prima y el rendimiento que se planifica no debe haber problema para cumplir el plan, el problema está en poderle poner la caña central”.
Otro de los temas tensos son los caminos cañeros, cuya reparación ha tenido severos atrasos, debido, sobre todo, a la falta de combustible. “Hay cuatro brigadas trabajando, una de Uruguay está terminando en Fomento, pero no se ha podido entrar al sur de Sancti Spíritus, por eso la estrategia es cosechar primero en los lugares de mejores condiciones e ir adelantando los trabajos en los caminos”.
El compromiso es mayúsculo: moler las más de 19 000 toneladas del crudo comprometidas hasta el 11 de marzo, una fecha tan utópica como el plan de aprovechamiento de la norma potencial del 70 por ciento, índice que hace años no logra y que en la pasada campaña fue apenas del 25 por ciento. “Está fuerte a partir de todas las complejidades descritas, principalmente por combinadas que no van a poder empezar, pero el plan está hecho sobre el 70 por ciento, hay tiempo para realizar la zafra que nos estamos planificando”.
Como en las últimas contiendas, el Melanio Hernández pretende continuar siendo un abanderado en la eficiencia energética: “Seguimos apostando por ella, por la necesidad que tiene el país y también porque económicamente es muy positivo a la empresa y a los trabajadores que se benefician con los sistemas de pago a partir de la energía que se vende al sistema electroenergético nacional. Nos proponemos niveles similares al pasado año, alrededor del 115-120 por ciento del autoabastecimiento y con un nivel importante de entrega diaria”.
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