viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad

En Cabaiguán están creadas las condiciones para recibir y distribuir el módulo de donación

Mucho antes de que se anunciara el arribo a predios espirituanos de los productos que conformarán el módulo de alimentos donado por países amigos a Cuba para aliviar las tensiones económicas devenidas de la pandemia de COVID- 19 y el recrudecimiento del Bloqueo de Estados Unidos a la Isla, en los más recónditos parajes de Cabaiguán rodaba la “bola”.

Por: Lillipsy Bello Cancio

Fieles a una tradición que nos confirma capaces de adivinar lo que aún “desde arriba” se está pensando, la vox pópuli de este pedazo de Cuba ha especulado sobre la llegada de dichos recursos a la Universal, la calidad de los mismos, la “temeridad” de los encargados de su distribución y hasta de si llegará “todo lo que se ha visto en televisión”.

Claro, que todas y cada una de dichas teorías tienen un sustento en la historia (no siempre feliz) de la distribución de los productos… y es que no pocas veces lo que sale del campo, de la industria o del almacén es lo que verdaderamente llega a su destino, que no es otro que el pueblo.

Según informara a la colega Elsa Ramos el director de Grupo Empresarial de Comercio y Gastronomía en Sancti Spíritus Ariel Fernández Martín, desde el lunes de la semana en curso comenzó a recibirse los alimentos que conformarán el módulo, a lo cual agregó que están previstas las condiciones para su conformación y traslado inmediato a los municipios, donde serán recibidos y entregados a la población de manera gratuita.

También explicó el directivo que están incluidos los núcleos “excepcionales”, creados de julio a la fecha, y que en el caso de Cabaiguán alcanzan una cifra cercana a los trescientos, a la vez que aclaró que puede haber alguna variación en correspondencia con los productos que arriben al territorio.

Por su parte, directivos de la Empresa local han asegurado que en este municipio están creadas todas las condiciones para su recepción e inmediata distribución, claro, todo ello transversalizado por una situación epidemiológica cada día más preocupante, toda vez que la provincia acaba de rebasar la tan temida  cifra de mil contagiados en un día y Cabaiguán superó las doscientas las últimas 24 horas, preocupante sí, pero no sorprendente.

Y lo digo porque el tan anhelado módulo, la necesidad de un gran número de familias y su carácter gratuito puede disparar las colas, a lo cual hay que sumarle la cantidad de gente enferma que permanece en sus hogares y a los que habrá que garantizarle lo suyo, sin que vayan a la bodega.

Lo cierto es que otra vez, el sombrío panorama sanitario, las sostenidas carencias económicas y los inevitables efectos psicológicos que semejante situación ocasionan, pondrán a prueba la capacidad organizativa de nuestros cuadros y dirigentes, a los que tendrán que acompañar la voluntad, disciplina y capacidad de respuesta del pueblo.

A lo mejor habrá que organizar brigadas de mensajeros, o algunos delegados asumir la tarea de convocar voluntarios para llevar hasta las puertas de la gente lo que les toca; quizás los bodegueros y el personal que ahora mismo labora a tiempo parcial pueda apoyar a los más vulnerables y los enfermos, puede ser el momento en que esos líderes informales que tenemos en cada comunidad demuestren su valía y compromiso.

Puede ser que la fórmula para una comunidad rural no sea la misma que la de la zona urbana, y sería muy arrogante de mi parte proponer una receta mágica… pero lo que sí me atrevo a asegurar es que si no se le pone inteligencia y sensatez a esta tarea, crecerán las insatisfacciones, los enfermos y lo que es más peligroso y mucho más doloroso: los muertos.

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