Para Yanelis Ibarra Negrín, secretaria del Partido en Fomento, el contacto con el pueblo, la sensibilidad y el ejemplo definen pasos esenciales en el actuar de los cuadros políticos y administrativos
Nunca pasó por su cabeza la idea de dirigir; solo el apego al deber la fue llevando al camino de la responsabilidad pública, siempre en la faceta político-ideológica; un recorrido laboral que no refleja improvisación, más bien el seguimiento y la visibilidad que desde su estatura de mujer podía desempeñar ocupaciones de dirección, primero en la UJC, después en el Partido.
Natural de Jaramillo —paraje rural entre los límites de Sancti Spíritus y Villa Clara—, hija de madre maestra y padre chofer, Yanelis Ibarra Negrín hizo su estreno laboral a los 22 años como directora de la Sala de Televisión en La Estrella, un intrincado sitio en la serranía de Manicaragua.
Luego, por razones personales, se trasladó a Fomento, donde se presentó e en la Juventud buscando trabajo, y asumió como Instructora en el Comité Municipal de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en el 2006. Posteriormente, ocupó el cargo de presidenta de la Organización de Pioneros José Martí, después integró el Buró Municipal de la UJC, hasta que fue promovida a secretaria de la organización juvenil en el territorio, responsabilidad que ocupó durante unos dos años. Su recorrido continuó en el Buró Provincial de la UJC, atendiendo la esfera obrera; sumó casi 10 años en las filas de la organización.
“La Juventud fue una escuela, el cuadro que pase por la organización adquiere formación, te prepara, no solo como dirigente, también para la vida, porque el roce con diferentes sectores trae consigo vinculación y enseñanza; creo que ese tránsito fue la cantera para asumir luego responsabilidades en el Partido”, contó Yanelis Ibarra Negrín, licenciada en Estudios Socioculturales y de 43 años de edad.
Convertirse en madre de una niña la llevó de vuelta a Fomento, en tanto la reincorporación laboral a fines del 2016 la introdujo en el trabajo profesional del Partido. Primero como funcionaria de la esfera político-ideológica, luego como miembro del Buró Municipal en la actividad de Consumo y Servicios, hasta que en julio del 2020 fue promovida a secretaria de la organización en el pueblo de Fomento.
¿Qué implica el reto de llevar las riendas de un municipio?
Mucha dedicación, madurez, sacrificio, responsabilidad, se enfrenta una a nuevos retos, representas a un pueblo y tenemos que trabajar para lograr soluciones a los problemas y buscar la satisfacción de las personas, que confíen en el quehacer del Partido.
Han sido años diferentes, marcados por la pandemia, y ahora es que estamos tomando las riendas de crear un sistema de trabajo que permita el vínculo permanente con la base, con el pueblo, los intercambios en las comunidades. No podemos hablar de satisfacción, por delante lo que hay son desafíos y nos queda mucho por hacer; así veo la tarea que me han dado.
¿Cómo asumir a un tiempo los deberes de secretaria, madre, esposa…?
Es complejo llevar la dirección del pueblo y la casa, todo eso demanda tiempo y entrega; si no fuera por el apoyo de mi mamá, mi esposo, mi hermana, mi familia, no podría asumir tantos deberes. Hay que organizarse, porque ser cuadro no es un centro laboral, es una tarea que exige planificación para llevarlo todo a la vez; porque si descuidas la familia, no eres buen cuadro.
¿Es una secretaria que prefiere los salones o el terreno?
La oficina y la reunión siempre tendrán su momento, pero ir al terreno es el método más eficaz. No se puede dirigir el Partido sin la retroalimentación con el pueblo, sin ese vínculo con la población; escuchar al pueblo es la herramienta principal del Partido.
¿Qué atributos deben reunirse para ocupar este cargo?
Entender la responsabilidad que tenemos con el pueblo; es bueno el título académico, hace falta la preparación, pero el deseo de hacer y de que las cosas salgan bien valen mucho también; ser ejemplo, tener sensibilidad, ser creativo, no ser un cuadro “cumpletareas”.
Me toca ser exigente, controlar; pero ante todo soy humana, el cuadro tiene que llevar dentro el humanismo, por eso les digo a los que trabajan en la atención al pueblo que una persona puede estar complacida o no con la respuesta, lo que no puede fallar es el trato.
¿Cree que el cargo te pone por encima de los demás?
No puedo pensar que porque hoy sea la secretaria del Partido soy quien mando y ya, no es así; la secretaria dirige, conduce, organiza, pero el resultado de un municipio es una obra colectiva. Puede que hasta me equivoque. Ahora, si algo me gusta es escuchar a los demás. Por ser la secretaria más joven que ha pasado por el municipio me veo en la necesidad de aprender y acudir al intercambio.
Nunca he dicho no a una tarea, creo que la mujer no debe limitarse por su condición para asumir una responsabilidad de este tipo; pero hay que reconocer que es mucho más difícil que para un hombre.
Tampoco me propuse ser cuadro ni nada de eso, solo he aceptado tareas por la voluntad de servir y ser útil al pueblo. Cuando me citaron para hablarme de ocupar la responsabilidad de secretaria no puedo decir que de primer momento di un sí; me quedé callada, solo le pregunté a la anterior secretaria: ¿Usted cree que yo pueda asumir ese desempeño con una niña de seis años? Y aquí estoy, por mi compromiso con la Revolución.
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