Fotos: Lillipsy Bello Cancio
Las abundantes precipitaciones de Eta llenaron el caudal de los ríos, otros cursos superficiales y embalses del territorio, a la vez las mismas garantizaron la intensa humedad de los suelos, así mismo sustituyeron el riego que siempre consume un buen volumen de combustible fósil.
No obstante las principales afectaciones se produjeron en los semilleros de tabaco, el frijol y los sembradíos de tomate.