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Evocan en Guayos a Fayad Jamís en el aniversario 90 de su natalicio

Por: Alexey Mompeller Lorenzo

Una de sus últimas voluntades antes de partir a otra dimensión se cumplió en 2014, los restos de Fayad Jamís Bernal descansan en la necrópolis de su arraigado Guayos, pueblo que lo acogerá siempre y  este martes lo evoca en el aniversario 90 de su natalicio. 

De algunas de las obras truncas del Moro comenta Leonardo Valdivia García, director de la casa de cultura Elcire Pérez de ese Consejo Popular que ni acorralado por la COVID-19 se niega a no rememorar el virtuosismo de un hombre devenido poeta, artista de la plástica, diseñador, diplomático y periodista.

“El museo de pequeño formato para promocionar las artes visuales con sello del territorio y la novela  “Cómo andan las buenas personas” apegada a las costumbres e identidad de la zona resultan obras inconclusas de Fayad”,  apuntó Valdivia García.

El mexicano de nacimiento y guayense por adopción, considerado uno de los cubanos imprescindibles en el período de vanguardia, recibe en la jornada conmemorativa el aplauso de los continuadores del movimiento cultural que ayudó a gestar en esta demarcación.

“Concebimos un panel en nuestra institución y la Fábrica de Tabacos con escritores del taller literario que lleva su nombre para hojear su producción bibliográfica. Además proyectaremos en documental “Brújula por tu regreso” del realizador Yeidel Hernández Suárez, audiovisual que cuenta en imágenes el vínculo del también traductor con la cuna de lomeros y cantarraneros.

Una década más y Fayad Jamís rozaría un siglo matizado por sus inspiraciones, partos creativos que admiraron de cerca sus entrañables Tomás Álvarez de los Ríos y Crucelia Hernández Hernández, dama a quien le entregaría su texto “Brújula” con una dedicatoria especial y que la novia de ese terruño abrazara hasta su muerte. 

Como lo prometió el vagabundo del alba regresó para un reencuentro postmortem con los suyos a los que  no olvidó en su peregrinar por el mundo y recordó mientras la capital del país fue su casa hasta fallecer en noviembre de 1988.

Del autor de “Los párpados y el polvo”, “Los puentes” y “Abrí la verja de hierro” por citar varias de sus páginas y su incesante quehacer cultural hablarán en centurias por venir, mientras desde su busto erigido en el parque de la localidad contempla la vida de su otra patria.

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