viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad

Falleció el hombre al que el tamaño no le puso impedimentos a los 83 años de vida (+ Fotos)

Edel Domingo, el  denominado “Enano de Cabaiguán”, falleció este 30 de abril, durante su vida acumuló grandes méritos de grandeza y a la vez que personaje popular, constituyó una de las personalidades destacadas de la ciudad, al que el tamaño no le puso impedimentos

Encuentro de Edel con Fidel en un partido de besisbol.
Por: Aramis Fernández Valderas

El Tamaño no le puso impedimentos. Siempre miraba hacia arriba para detectar los rostros, sus hombros servían de apoyo a cualquier humano, la risa contagiaba al más serio de los serios, todos se asombraban de que el pequeño hombre mantuviera relaciones de profunda amistad con Fidel Castro, a quien acompañó en varias caserías de yaguasas y jugara beisbol con él, a quién una vez le atrapó una línea que echaba candela en la segunda base.

El cargabates de los equipos de pelota de la Refinería de Petróleo “Sergio Soto”, y de “Azucareros” y “Las Villas” en las Series Nacionales de las bolas y los strikes, e íntimo de una de las mejores terceras bases de esta nación: Owen Blandino, y de Jesús Oviedo, el tipo que le daba las señas a José Antonio Huelga y nadie se daba cuenta en el terreno… ese pequeño gran hombre, hoy partió a la eternidad.

Nacido el 4 de agosto de 1938 en esta ciudad, le gustaba decir que era el más Verraco de los Verracos, en relación con el apelativo que se da a los cabaiguanenses en cualquier sitio de la nación. Se marcha el señor de la puntería más certera, el que donde ponía el ojo, ponía la bala.

Desarrolló casi todos los oficios. Según me contó, ¡hasta administró el cementerio de Guayos!, allí no le gustaba estar, prefería el estadio o sentarse en su casa frente al paseo de Cabaiguán. Allí, donde un día se iba a montar en una bicicleta y un jepp se interpuso, dos grandotes  le taparon los ojos y lo tiraron para el asiento trasero.

Cuando  ya pudo ver, en el asiento delantero estaba Fidel riendo a carcajadas: “¡Tú te vas conmigo!” le dijo, “…deja esa bicicleta ahí”.  Anduvo par de días dando trastazos de una granja a la otra y charlando con quien consideraba su líder. Al regresar de aquel viaje la alegría se tornó en tristeza: había muerto otro gran compañero… Juan Santander.

Los últimos años de su vida estuvo al cuidado de los trabajadores del Hogar Provincial de Ancianos. Carlos Padrón, su sobrino, asegura que no murió de Covid-19, sino de un paro respiratorio ocasionado por una bronco neumonía en el Hospital Provincial “Camilo Cienfuegos” donde llevaba varios días internado.

Edel Domingo Guzmán Hernández, “el ENANO de Cabaiguán”  marcha como un gigante a unirse con sus ancestros. El pueblo lo recordará en lo más íntimo, rodando en el diminuto ciclo que le sirvió de transporte a lo largo de su existencia. Su espíritu queda entre cazadores, pescadores, entre peloteros de hoy y los fidelistas de siempre…¡Cuidado todavía no dé alguna seña a los lanzadores, si es que el alma de los fallecidos ronda por los lugares que más amaron!

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