viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad

Fayad Jamis; indica al norte en Guayos

Te debo estas letras, cuando cumples 91 de haber nacido este 27 de octubre,  por ser tan excelsa tu figura Fayad Jamis , hombre de enorme talento, del cual conozco apenas algunos poemas, pero no las maneras que te las ingeniaste , para tanta creación dentro de la miseria, fiel compañera desde tu nacimiento.

Fayad Jamis
Fayad Jamis atravesó la pobreza, la soledad, el hambre, distintas nieves y distintos soles

Por: Aramis Fernández Valderas

Te debo tanto, por esos palos que te dio la vida, por esa libertad que despertó tus sueños entre rejas, búcaros de flores, magisterio permanente, traductor, militante sin carné, ciclón interno, abierto a los amigos: Tomás, Crucelia y unos pocos más hasta llegar a siete.

París, fue un punto del itinerario, errante desde Zacatecas a la Habana, de la Habana a Oriente, Guayos, Cabaiguán, La Habana, vuelve México, pero siempre Guayos, ¿La Preferencia?, pudo ser Herminia, la gente, las casas, cada esquina, pudo ser la juventud, el primer libró, Brújula orientadora del camino.

No es casual, poco antes de morir, pediste, “Mi patrimonio debe estar en Guayos”, Crucelia Hernández recuerda, las gestiones por un museo de pinturas de pequeño formato, lo solicitó, el Moro, Tomás Álvarez de los Ríos, lo sabía.

No te conocí, pero te debo estas letras, un amigo que tampoco estrechó manos contigo nos presentó, Gracias, José Ramón Crespo, ahora comienzo a ver con lentes nuevos. Préstame tus palabras, Mario Benedetti. “Fayad atravesó la pobreza, la soledad, el hambre, distintas nieves y distintos soles, cuando su poesía estaba aprendiendo a sonreír, el lector no podía menos que sentirse aludido por esa alegría.»

A pesar de los avatares, de los «tantos palos que le dio la vida», siempre tuvo el pecho abierto a la esperanza, a los sueños, al amor al diminuto Guayos, ahora grande por saldar deudas, perdón, letras en espera de otro que: Mientras se quite los zapatos, piense en la poesía, porque alguna vez escribirá algo parecido a un gran poema. A buena hora el notario Crespo Jiménez no ha dejado perder la riqueza de tu patrimonio, que al menos en letras bien escritas dan fe de tu  importancia para el pueblo que aspirantes llegar en una bicicleta cuando las frías calles de París calaban tus pulmones.

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