El Memorial José Martí de La Habana, Cuba, acoge desde hoy la muestra colectiva Fidel en Revolución con momentos trascendentales tras el triunfo de 1959 y compiladas por el periodista y fotógrafo ruso Nicolai Chiguir
Inaugurada con la presencia del presidente de la nación caribeña Miguel Díaz-Canel Bermúdez y otros altos dirigentes, la exhibición reúne fotos del primer corresponsal de la agencia TASS soviética en el país; así como, imágenes de Prensa Latina y del estudio de Alberto Korda.
En exclusiva el historiador René González Barrios reconoció que ese periodista, enamorado de la Revolución Cubana y corresponsal en dos periodos diferentes, vivió la intensidad de aquellos primeros años junto a la juventud y los campesinos.
‘El pueblo soviético había bautizado este territorio como La Isla de la Libertad e idealizado y admirado a Fidel como un hombre símbolo de justicia universal. Creo que esta exposición es un homenaje digno de reconocimiento a esa hermandad y amistad’, aseguró.
Chiguir compiló, además de las suyas, fotografías de los principales medios y profesionales cercanos a esos sucesos y reunió 73 cuadros, exhibidos por primera vez en 2009, año del aniversario 50 de la Revolución, en Moscú, capital de Rusia y donados un año después por la hija del comunicador.
‘De aquella selección hay solo 31 cuadros en este espacio, los más relacionados con los vínculos históricos entre la URSS y el Comandante en Jefe, entre ellos, el recibimiento al cosmonauta Yuri Gagarin en el aeropuerto Internacional José Martí de La Habana’, expresó el académico.
Algunos acontecimientos recogidos por Nicolai fueron la visita de Fidel Castro a los alumnos del internado en Paya Girón, en 1960; la Segunda Declaración de La Habana en la Plaza de la Revolución, en 1962; su encuentro con amigos soviéticos en la década de 1970 y una recepción en la embajada de la URSS.
‘Cuando nos dieron la espalda muchos países del mundo y Estados Unidos estableció el bloqueo económico, comercial y financiero, apareció la mano amiga de los soviéticos con ayuda económica, asesoría; e incluso, las armas con las cuales defendimos el país’, aseveró González Barrios.
El historiador ratificó que aquel apoyo fue desinteresado y quizás la muestra más grande de una colaboración diferente entre un país desarrollado y una nación pobre durante varias décadas: ‘A eso se debe en mucho la supervivencia de la Revolución’, finalizó.