El Comandante en Fidel Castro Ruz hizo acto de presencia en este territorio en varias instituciones, en diferentes poblados y en todos se llevó el cariño, la admiración y el amor de este pueblo
Por: Daisy Pilar Martín Ciriano
En recordación al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, los cabaiguanenses rememorarán momentos relacionados con su presencia en este territorio. En varias instituciones del poblado, se han programado encuentros para rememorar su accionar en Cuba y en el mundo, pero también para resaltar los momentos de su paso por Cabaiguán.
Aquellos que vivieron los luminosos días del triunfo, recuerdan su paso hacia La Habana al frente de los barbudos en la Caravana de la Libertad, pero su estancia real en el poblado se remonta a finales de 1960. En avanzadas horas de una fría noche, se personó en el cuartel de Cabaiguán para coordinar acciones contra una banda de alzados que incursionaba por el territorio por la zona de Manaquita. En esa ocasión estaba acompañado por Augusto Martínez Sánchez, el cabaiguanense Octavio Garcés, al frente de la escolta personal y varios jóvenes que venían sobre un camión con sus ropas manchas de tierra roja. En esta ocasión, se relacionó con Heriberto Zequeira, Mario García Reyes, Máximo Pérez y Ramón Vega, que estaban esa noche en la instalación militar. Fidel permaneció unas cuantas horas en el cuartel y descansó en una litera, aunque se mantuvo despierto y leyendo. En horas de la madrugada avanzaron hacia Cuatro Esquinas. El cerco, formado por dos compañías, se había desplegado al anochecer y se encontraban en su jefatura el Comandante Félix Torres González y Gelasio León. Al llegar a Manaquita, se realizó la maniobra contra un montecito donde se conocía que estaban los alzados. El propio Fidel dio las voces de mando a los técnicos de los morteros para realizar los disparos. Al revisar el lugar solo encontraron evidencias de su estancia y una bestia que había caído abatida por los disparos. Fidel y sus hombres se retiraron tras comprobar que los bandidos habían abandonado el lugar con antelación. De regreso hacia Cabaiguán, en el jeep manejado por Félix Torres, Fidel le indicó a Regueiro, presidente del INRA en aquel entonces, que tuviera en cuenta la tierra que poseían los colaboradores para conformar una Granja del Pueblo. Así surgió, poco tiempo después, la Granja Noel Sancho Valladares, una de las primeras de su tipo en Cabaiguán y en el país.
A inicios de la década de 1970 nuevamente Fidel hace recorrido por la provincia de Las Villas. En esta ocasión llegó hasta Las Damas y La Larga. Queda la evidencia gráfica del encuentro que sostuvo en horas de la madrugada con los campesinos donde intercambió sobre temas relacionados con la tierra, su producción y los planes a acometer.
También por esta etapa visitó la ESBEC Vladislav Volkov, en 1972. Allí compartió ideas con los estudiantes y profesores del recién inaugurado centro donde se desempeñaba como director Raúl Muro Rodríguez.
La última visita que se conoce al municipio ocurrió en 1989, cuando se acometía la construcción de la Autopista Nacional y de dos puentes en este territorio. Con antelación conoció el Secretario del PCC, en aquel entonces Juan Moya Campos, que el Comandante visitaría las obras.
Unas horas antes de su llegada el Secretario informó al Buró la noticia y agregó que no se realizaría acto público, a pesar de que era una visita oficial al municipio.
Fidel y sus compañeros llegaron en la mañana, entre ellos venía Pepín Naranjo. Por parte del municipio solo estaban los Secretarios del Partido Municipal y Provincial, Juan Moya y Jorge Valdés. Fidel departió con los constructores del Micons y con los dirigentes, interesando la calidad de la obra, la atención a los obreros, interrogó sobre la calidad de la materia prima y después invitó a ambos cuadros a que lo acompañaran hasta el otro puente en construcción, en la zona de Tres Palmas. Durante el trayecto se interesó porque le explicaran cómo estaba la preparación de la defensa, la situación económica y la producción agrícola del municipio. Cuando llegaron le dijo a Moya que quería conversar con el ingeniero del puente, al que los obreros le decían el puentero mayor, por su avanzada edad. Conversó durante varios minutos, interesando la fortaleza de la base, cimiente, aceros y otros elementos constructivos.
Durante la continuidad del recorrido invitó al Secretario Municipal para que lo acompañara. Al pasar por la Comunidad de Tres Palmas se detuvo en una parada de guagua para saludar a las personas que lo esperaban, porque la noticia de su presencia se había difundido por la zona. Allí intercambió saludos, respondió preguntas y recibió el afecto de los pobladores del lugar, continuando después hacia Sancti Spíritus.