En el cajón de bateo Edel Hernández González, cuenta pareja de dos strikes y dos bolas, en la lomita se frota las manos Fidel Castro, toma las señas, se impulsa, ahí viene el lanzamiento, golpea al bateador, viene el pitcher a interesarse por lo que le ha sucedido al pequeño gigante
Redacción digital
El poco más de un metro de estatura y las habilidades en el conocimiento del beisbol, le permitieron a Edel Hernández González trabajar como cargabates del equipo de Centrales en la segunda mitad de la década de mil novecientos sesenta, desde donde estrechó aún más las relaciones que tenía con el Comandante en jefe Fidel Castro, nacidas en cacerías de Yaguasas en el sur del Jíbaro.
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