sábado, diciembre 28El Sonido de la Comunidad
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Fin de año: Motivo de festividades y de cuidarnos de accidentes y delitos

Durante el cierre del año y principios del venidero se hace necesario incrementar las medidas para evitar los accidentes del tránsito y los delitos contra el patrimonio

Por: Lillipsy Bello Cancio

Se acerca el fin de año y para nadie es un secreto que esta época del año es pródiga en accidentes del tránsito y delitos contra el patrimonio, aunque en un territorio como Cabaiguán caracterizado durante todo el 2024 por el incremento del hurto y sacrificio de ganado mayor y los robos de balas de gas, no se puede desestimar que los bandoleros también aprovechen las normales disociaciones de estos días para engordar sus bolsillos.

No son pocas las familias que aprovechan para visitar a aquellos que durante los últimos meses no han podido abrazar, tampoco lo son menos las que reciben a quienes han trascendido los mares y viven de salida en salida, de comida en comida, de fiesta en fiesta desde el momento mismo que aquel pone un pie fuera del avión y qué decir de quienes durante meses han engordado el puerquito al fondo del patio (porque allí en las tarimas no hay quien los compre) y no es hasta el mismo 30 ó 31 que deciden sacrificarlo, un poco por tradición y otro tanto porque los tiempos son muy complejos y eso de adelantar semejante acontecimiento puede provocar algún que otro sinsabor.

¡Y qué rico, qué bueno, cuánta falta hacen esos abrazos, esos reencuentros, “desconectarle” a los problemas cotidianos, poner en pausa todo aquello que disgusta, que duele, que alarga las caras y enciende más de una alarma!

 Pero… ¡qué pena que los delincuentes no descansen ni tan siquiera en medio de tanta alegría! Y sí, digo alegría porque incluso en los momentos más difíciles, con los precios más altos que ojos humanos hayan visto y en medio de la escasez más aguda que se recuerde por estos lares, gracias a esa capacidad de abstracción o de resiliencia o de resistencia creativa (como se dice por estos días) que nos caracteriza a los de esta isla, diciembre es sagrado y por estos días no está permitido guardarse nada, aunque cuando enero abra sus puertas, tengamos nosotros que cerrar las nuestras.

La alerta la han hecho las autoridades del Ministerio del Interior y de la Policía Nacional revolucionaria aquí: la protección de nuestro patrimonio, adoptar medidas extremas que no le faciliten el trabajo al malhechor, denunciar cualquier situación o persona extraña que se presente en nuestros barrios… y así podremos disfrutar de unas fiestas más tranquilas.

Su trabajo es modelarnos, como dicen los especialistas, “marcar los puntos y dar el golpe”. El nuestro, ponérselas difícil, no permitir resquicios por donde puedan entrar… y esto, tanto para las entidades estatales como para las viviendas particulares. Diciembre es un mes de fiestas y alegría, donde incluso el dolor de las sillas vacías se siente diferente porque el halo embriagador de los sentimientos que nos embargan deja poco espacio para la tristeza. Asegurarnos de que lo que nos falte llegado el 2025 haya sido porque lo disfrutamos y no porque nos los robaron, es tan importante y tan necesario como aquel abrazo, la llamada de las doce o la mismísima cena, la última de este año.  

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