Por Daisy Pilar Martín Ciriano
Cuando se hurga en la vida de los mártires y figuras que formaron parte de la rica historia de la Revolución cubana, siempre encontramos datos nuevos, aunque creamos que todo se había escrito. Así ocurre con la figura del joven mártir Francisco María Rives Díaz, joven caído en combate contra soldados de la tiranía, el 19 de noviembre de 1958, en la zona de Fomento.
Francisco procedía de una familia humilde, de los cuales el padre y varios hermanos se incorporaron al Ejército Rebelde, entre ellos el Pinerito, como le llamaban cariñosamente sus compañeros. A su familia en general le llamaban los Pineros, porque el padre Justo Rives Piñero, procedía de Isla de Pinos.
Inicialmente la familia se asentó en la zona foméntense de Las Cuabas y allí nació Francisco María, el día 2 de julio de 1927, pero por esas dificultades económicas que atravesaban los humildes, el muchacho fue asentado en el Registro Civil de Santa Lucía, el 30 de marzo de 1949.
De su biografía se han recopilado testimonios y datos a través de compañeros de lucha y familiares. Su vida revolucionaria fue corta y se convirtió en mártir con apenas 31 años, junto al espirituano Ramón Ponciano Romano Bravo, ambos junto a otros compañeros intentaron capturar una avioneta que traía parque y alimentos a los soldados de la tiranía que estaban concentrados en el central Santa Isabel. En esa acción fueron sorprendidos y cayeron en combate. El propio Che Guevara acudió al lugar cuando sintió la balacera, pero ya los muchachos estaban sin vida y solo pocas horas después pudieron rescatar sus cadáveres. Desde esta página se recuerda hoy a Francisco Rives Díaz, el Pinerito, cuando en el día de ayer 30 de marzo se conmemoró setenta años de su asentamiento en el desaparecido Registro Civil de Santa Lucía. De este mártir no se posee fotografía alguna.