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Frente a la COVID-19 en Villa Clara: La medalla de oro de los enfermeros espirituanos

Los 66 profesionales espirituanos, quienes desde el 28 de abril y hasta el 11 de mayo estuvieron en la primera línea de combate contra COVID-19, en la llamada zona roja del peligro, gozan de buena salud y están dispuestos a regresar si hiciera falta.

El Día Internacional de la Enfermería recibieron el homenaje de los trabajadores de Villa La Granjita, a nombre de todo el pueblo de Villa Clara (Foto: Cortesía de la gerencia de Villa La Granjita)

Las frases son similares: ¡Orgullo! ¡Compromiso! ¡Amor! ¡Deber! ¡Coraje! ¡Valentía!

Así se expresan los 66 enfermeros de la hermana provincia de Sancti Spíritus, quienes desde el 28 de abril y hasta el 11  de mayo estuvieron en la primera línea de combate contra la peligrosa COVID-19; en la llamada zona roja del peligro. Hombres y mujeres integrantes del contingente «Evidia Álvarez», eminente enfermera espirituana, ya fallecida, quienes ahora pasan sus 14 días de aislamiento en el hotel Villa La Granjita, de Santa Clara.

Un sentimiento que Danay Hernández Delgado, quien trabajó en la Sala de Terapia Intensiva y atendió directamente a su colega villaclareña, la enfermera Yaquelín Collado, resume con humildad y amor: «Somos espirituanos, pero por encima de todo, somos cubanos. Nos une el mismo compromiso y la misma responsabilidad».

Danay Hernández Delgado, enfermera intensivista, recibió una buena preparación antes de enfrentarse a los pacientes con COVID-19.(Foto: Ramón Barreras Valdés)

El pasado domingo, Día de las Madres, habían sido sorprendidos con el cake para mamá, y este martes 12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería, doblemente, con el acto organizado por la institución y el reconocimiento villaclareño por su incondicional entrega:

«No lo esperábamos», nos dijo Omar Félix Jiménez Cala, el experimentado coordinador de la brigada, con 36 años de experiencia laboral, y quien afirma que su verdadera graduación como enfermero la acaba de tener ahora en la lucha a muerte contra la pandemia: «Nadie en el mundo se había enfrentado a tan peligroso virus. Nosotros asumimos el reto y ganamos la batalla. Todos estamos sanos y dispuestos a volver».

Del temor al coraje

«Mi primera reacción cuando supe que había sido seleccionado para venir para acá fue de temor, pero de inmediato dije el Sí incondicional de los cubanos, pues por encima del natural miedo humano, están mis convicciones. Rápidamente, el temor se convirtió en coraje y valentía. Soy un guerrillero por la salud»

Así relató el licenciado en Enfermería Reynier Alfredo Fernández Valdivia, de 35 años de edad y 15 de experiencia, el choque inicial con la tarea que asumiría. Le antecedían dos misiones en la República Bolivariana de Venezuela, un Diplomado en Terapia Intensiva y su trabajo en el Sistema de Urgencia Médica (SIUM) de Taguasco, municipio donde reside:

Reinier Alfredo Fernández Valdivia, enfermero intensivista, miembro del contingente «Evidia Álvarez», de Sancti Spíritus, quien apoyó la lucha contra la COVID-19, en el Hospital Militar Comandante «Manuel, Piti, Fajardo Rivero», de Santa Clara. (Foto:Ramón Barreras Valdés)

«El impacto primero no fue fácil. Nos enfrentábamos a lo desconocido. Es impresionante llegar a la Sala de Intensiva, vestirnos con todos los medios de protección y asumir desde el propio 27 de abril el primer turno de 12 horas consecutivas. Pero enseguida uno se acostumbra, pues vinimos a salvar vidas y en eso nos concentramos. Médico y enfermero somos un equipo y el trabajo fluyó muy bien; al igual que las relaciones humanas, tanto en el hospital como aquí en La Granjita. Todos son maravillosos».

«Esta ha sido la más importante de mis misiones. No se compara con ninguna otra. Es en Cuba, con mis compatriotas. No hay tarea imposible si se hace con amor y sentido de pertenencia».

Danay habla de la guerrera Yaquelín

Tiene 37 años. Se llama Danay Hernández Delgado y es licenciada en Enfermería. También realizó un diplomado de Terapia Intensiva. Cuenta con 17 años de experiencia. Cumplió misión de colaboración en la hermana Venezuela y vive en Meneses.

«Dejé a una hija de 8 años. Se llama Daniela. Cursa el tercer grado y fue la que más se preocupó por mí desde el momento que supo la noticia: «Mami, cuídate. No dejes de protegerte. Llámame todos los días para saber de ti»

«Todos sabíamos de lo difícil de la tarea, pero nos prepararon muy bien. Sabíamos de los riesgos, pero, al final, somos enfermeras las 24 horas del día, los siete días de la semana y los 365 días del año. La primera impresión fue difícil, pero lo más duro para mí siempre fue el momento de quitarnos el vestuario, pues teníamos que adoptar todas las medidas para evitar el contagio.

«Al paciente le hacíamos todo, incluido el cepillado de los dientes. Además de cumplir las indicaciones de los médicos. Eran turnos de trabajo de 12 horas. Allí atendí a la enfermera Yaquelín, la paciente que más tiempo estuvo en terapia intensiva en Cuba: la guerrera por la vida, como todos la conocen».

Ana Julia Hernández González y su esposo Omar Félix Jiménez Cala, ahora aislados durante 14 días en Villa La Granjita, de la cadena hotelera Cubanacán.(Foto: Ramón Barreras Valdés)

«Una noche se puso tan grave que parecía imposible que sobreviviera. Creo que hasta el certificado de defunción estaba listo. Yaquelín pidió ver a sus hijos para despedirse de ellos. Pero ninguno de nosotros estaba dispuesto a verla morir: “¡Tú no te me vas a morir nada!”, le dijo el médico y continuamos la batalla por su vida. Por suerte, en esa lucha tenaz se la arrebatamos a la muerte».

«Estoy muy agradecida por todas las atenciones que recibimos. Fue una dura, pero bonita experiencia. Me hizo crecer como persona y como enfermera».

Todos hemos sido uno

Omar Félix Jiménez Cala tuvo el privilegio de encabezar al contingente espirituano: «Parece que mis 36 años de trabajo y mi experiencia de dirección, pues dirigí el entonces hospital de Jatibonico, donde vivo, y el cumplimiento de misiones de colaboración en Venezuela, hicieron que recayera en mí tan alta responsabilidad, la cual creo haberla cumplido con dignidad y entrega».

«Desde el primer día fuimos una familia. Parecía que llevábamos 10 años trabajando juntos. Sabíamos del riesgo y eso nos obligó a nunca descuidarnos y cumplir con los protocolos establecidos.

«Todos trabajaron con igual nivel de entrega y responsabilidad, pero había posiciones más difíciles que otras, como la Sala 8, que atendió a los abuelos del Hogar de Ancianos nro. 3 de Santa Clara, y la propia Sala de Terapia Intensiva, pues era de cara directa con la muerte. Y si los hombres trabajamos duro, mejor lo hicieron nuestras mujeres».

Omar tiene 53 años y apenas el 16 de enero había regresado de Venezuela. No dudó ni un segundo en aceptar la misión, pero a su lado tuvo en todo momento a uno de los motores impulsores de su vida: su esposa Ana Julia Hernández González, enfermera como él, quien le acompaña siempre, tanto en las buenas como en las malas.

«Mi esposa es un ejemplo a seguir. Vinimos los dos, dejando a los hijos en casa, y entre los dos compartimos el peso de la tarea. Nos exigió dar lo mejor de nuestra profesionalidad. Esta misión en Santa Clara nos hizo más fuertes y estrechamos los vínculos entre nosotros mismos, los espirituanos, y también con los villaclareños, Al final, todos somos uno».

Omar Felix Jiménez Cala, coordinador del grupo de los enfermeros espirituanos.(Foto: Ramón Barreras Valdés)

Durante las entrevistas estuvimos acompañados del gerente de Villa La Granjita, Vladimir Méndez, cuyos trabajadores se han consagrado a la atención a estos enfermeros y a decenas de otros médicos y personal de la Salud: «Acá estamos las 24 horas en función de nuestros huéspedes, para que el descanso y la recuperación les sean provechosos. Son nuestra razón de ser».

Cuando en 1976 se hizo la división política-administrativa, la antigua provincia de Las Villas dio origen a las actuales Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus. Fidel, con su genialidad acostumbrada, afirmó que Las Villas no se dividía, sino se multiplicaba.

El ejemplo dado por los hermanos espirituanos lo corrobora con creces. Honor y agradecimiento a esos guardianes de la vida. Yaquelín, y los 776 pacientes atendidos hasta el momento en el Hospital Militar «Manuel Fajardo», así lo reconocen. Esa ha sido su medalla de oro. Son campeones olímpicos de la solidaridad.

Tomado de Escambray

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