Gabino es un hombre que constituye un archivo viviente de la Historia de su Guayos natal y de su gente
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Por: Hugo Crespo Crespo
Pequeño de estatura, pero inmenso en sus condiciones humanas y seriedad ante la vida. Gabino Bejerano Bernal, hoy al cumplir sus 90 años, lo hace sin la compañía de su querida esposa Migdalia, pero sabiéndose reconocido y muy estimado por quienes conocen la dimensión de un hombre que constituye un archivo viviente de la Historia de su Guayos natal y de su gente, la cual defiende como el más experto de los caballeros, cuando proyecta su voz pausada, pero elocuente y firme.
Es impresionante verlo en sitios donde se habla de historia y cultura, su porte, modales, conocimientos y fluidez al hablar, lo hacen portador de un estilo que lo sitúa entre lo más selecto de las personalidades de un pueblo repleto de leyendas y tradiciones.
Coloquios, semanas de cultura, conversatorios, paneles, celebraciones históricas, conferencias y otros festejos lo tienen presente a pesar de su edad, pero siempre sus ideas y aportes son bien recibidos, porque en él se puede encontrar la verdad de lo más encumbrado de un sitio que dejó para la posteridad un caudal de hombres y mujeres que hicieron literatura, música, artes plásticas y sobre todo la lucha de la última etapa de liberación nacional, donde conoció la grandeza y estirpe de quien fuera uno de sus mejores amigos y compañeros, ese grande de esta tierra de parrandas, llamado Elcire Valentín Pérez González y otros como Mario Ramón Rodríguez Valero.
Gabino nació el 19 de febrero de 1935, en el barrio La Loma en Guayos. Fue el segundo y último hijo del matrimonio de Pedro Bejerano González y Felicia Bernal Borbón, ambos naturales de Pinar del Río, exactamente de la zona de Viñales.
Su padre emigró de Pinar del Río, hacia la zona de Neiva, aledaña al poblado de Guayos, allí trabajó en la década del veinte como partidario en una casa en el mismo poblado durante un año y al terminar regresó a Pinar del Río y más tarde retorna al mismo lugar donde realizó varias vegas de tabaco al comenzar en las labores en el central La Vega en esas mismas tareas.
Debido a la situación existente en su familia tuvo que trabajar en las escogidas de tabaco, por lo que así mismo tuvo obligaciones en las tareas de la casa, pero a pesar de ello hizo intentos por estudiar y le resultó muy difícil en aquella época, pero consiguió nutrirse de conocimientos en su propia vivienda, más tarde en otros centros educacionales, siempre con el apoyo de su familia.
Con solo 17 años, conoce del golpe de Estado de Fulgencio Batista y de inmediato se alista en la lucha revolucionaria incorporándose al Movimiento 26 de Julio bajo la orientación de Elcire Pérez, en la cual realizó múltiples actividades propias de la organización como participar activamente en la organización del movimiento, en la divulgación y propaganda, en la distribución de mensajes y orientaciones, en el acopio de recursos , dinero, ropa, calzados, armas, distribuciones de bonos y sobre todo en la preparación militar a través la práctica de tiro.
Este guayense participó también en la organización de la huelga del 9 de abril, para la que se activaron todas las células del poblado.
Después de 1959, desplegó labores de administración en diferentes centros de trabajo como el Hospital General de Sancti Spíritus, la licenciatura en Ciencias Sociales y el trabajo en el Partido durante varios años dieron a este guayense un don especial en cuanto a las mejores vías para lograr una correcta interacción con la membresía partidista y las masas y el ejemplo ante la responsabilidad que se debe asumir en tal empeño, entre otras tareas encomendadas.
En 1993 se jubila en esta labor partidista y forma parte de la Comisión Organizadora de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en la provincia donde su trabajo consistía en analizar el potencial de los miembros y así dirigir reuniones semanales o quincenales para analizar la marcha del proceso de organización de las Asociaciones de Base.
Este combatiente ha sido referencia en su localidad guayense, en el municipio y la provincia en varias actividades por las cuales se ha preocupado con gran pasión, esfuerzo y seriedad.
Ha recibido múltiples condecoraciones entre ellas el Diploma El Beso de la Patria, el Certificado de Fundador del Partido Comunista de Cuba, otorgado por el Comité Central, el Certificado de Fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias otorgado por la CTC, el Diploma 24 años como cuadro del Partido, el Diploma de Símbolo Humano otorgado por el Buró Provincial del Partido en 1998 y la Condición de Hijo Ilustre de Cabaiguán, entre otros de gran relevancia.
Con nueve décadas de vida, Gabino Bejerano Bernal, con su sencillez, modestia y humildad que lo han caracterizado, apuesta por un mejor país, donde sus hombres y mujeres, no se detengan y luchen por ser cada día mejores, que, aunque soplen fuertes vientos y las tormentas quieran borrarnos de la faz de la tierra sigamos apostando por nuestros sueños de amor y de justicia.
Gabino es uno de los hijos de Guayos que sufre a veces en silencio o alza su palabra cuando la desidia, la irresponsabilidad hacen daño a sus similares o al patrimonio local. Es de los que se irritan cuando una fecha histórica pasa por alto y nadie la recuerda.
Al hablar acerca de esos símbolos humanos como Elcire y Faustino Pérez, lo hace con emoción y le palpita la voz, hasta en su rostro se vislumbra el respeto y admiración que sentía por estos compañeros de los cuales cualquiera que los hubiera conocido darían fe de la grandeza y convicciones de ambos.
Este lomero que seguro ve en las parrandas no una competencia de barrio, sino la alegría de un pueblo y su tradición, es de esos que siempre quiso lo mejor para la tierra que lo vio nacer, por eso su voz debe ser escuchada y tenida en cuenta, porque este archivo viviente tiene mucho todavía que aportar para aquellos que piensan que a las estrellas se llega por caminos llanos.
Gabino, símbolo de lucha en Guayos, en Cabaiguán y Sancti Spíritus, es de esos cubanos que han dejado una estela de pasiones por algo que tenemos todos en común, la Patria.
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