Ni lejos de su Guayos natal ha podido desprenderse de carpas, escenarios y públicos, sencillamente porque Osdelmis Hernández Vázquez se entregó al arte circense y por la obra de toda la vida mereció la medalla Raúl Gómez García, el más alto galardón conferido por el Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Cultura.
Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Kiko apenas siente el agotamiento por los espectáculos concebidos en 38 años; las generaciones formadas y las iniciativas que le quitan el sueño lo convierten en un referente de este movimiento en la isla.
“Todo resultado del esfuerzo, el sacrificio y la abnegación no solo míos sino de la familia y los equipos de trabajo que me han acompañado”, aseguró el eterno soñador que siempre regresa a los carnavales del terruño con su colectivo para animar los festejos populares.
Durante más de dos décadas llevó las riendas de la desaparecida brigada de circo cabaiguanense, una de sus grandes inspiraciones, hasta que La Habana lo recibió en 2007 para forjar el proyecto sociocultural comunitario Cuba Circo Pioneril “Ángeles del futuro”, una de las cosechas de la casa de cultura del municipio capitalino de Marianao.
Osdelmis Hernández, egresado del primer curso de promotor cultural que se habilitó en el país, no perdió tiempo para superarse en diferentes especialidades de esta modalidad artística; tampoco lo hace en los días del nuevo coronavirus.
“Estamos enfrascados en la reparación de nuestra sede y de los equipos con que actúan los niños y aguardamos por el montaje de una carpa donada por el circo alemán Geovani, espacio que se quedará fijo en Marianao para el desarrollo de la actividad circense infantil en la mayor de las Antillas”.
Los aplausos detenidos ahora por la COVID-19 volverán a escucharse para el incesante creador y sus muchachos, quienes gracias a su empeño hoy prestigian el circo cubano y la escuela nacional de esa manifestación en varios eventos y giras.
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