sábado, noviembre 23El Sonido de la Comunidad

Gracias Gigante, Cabaiguán no te olvida

Por: Osbel Ramón Díaz Mondeja

Este 17 de enero Antonio Muñoz Hernández cumplió 72 años de vida. «El gigante del Escambray» como se le conoció como atleta, fue el primer pelotero cubano en arribar a la marca de 300 jonrones (370 en total) y fue precisamente en el estadio Mártires de Cabaiguán donde lo conectó.

Según sus propias palabras en una entrevista que me concediera años atrás, la bola la sacó por el jardín Izquierdo y fue a parar a los tanques de la refinería que están situados detrás de esta instalación deportiva.

Gentilmente el aficionado que la recogió se la entregó y hoy la conserva en su casa en la ciudad de Cienfuegos y posee la firma de todo el equipo de aquel entonces y una dedicatoria que dice «Jonrón 300 Cabaiguán».

Muchas son las anécdotas deportivas que lo vinculan con nuestro municipio y eternos amigos a los que nunca olvida. Blandino, Tomás Pérez, Roberto Ramos y muchos más, pero existe una anécdota que tuvo a Cabaiguán por escenario y lo marcó para siempre.

Aquí les relato según sus propias palabras: “En una de las series selectivas, Las Villas se enfrenta al equipo de La Habana y el lanzador por el equipo de la capital aquella noche era Ángel Leocadio Díaz. Yo era tercer bate y Pedro José Rodríguez (Cheíto) en el cuarto turno. Antes del juego » Cheíto» me dice tú tienes 12 jonrones y yo 11.

¿Cuántos vas a dar esta noche?

Uno, le contesté.

Él, me afirmó ¡yo voy a dar dos! Pero de todas maneras serás el líder por menos veces al bate.

Cheito en la primera vez al bate conectó jonrón y empató conmigo con 12 cada uno. En las postrimerías del juego, yo conecto el jonrón 13 y cuando llegó al home «Cheito» me saluda y me dice ¡ No te vayas y espérame aquí para que me saludes que voy a dar el otro!

Y efectivamente también conectó su jonrón 13, aunque yo resulté el líder”.

Esta anécdota Muñoz siempre la recuerda y tuvo por escenario a Cabaiguán. Antonio Muñoz es una de las glorias del deporte cubano, él afirma sentirse un cabaiguanense más. Gracias «Gigante».

Cabaiguán nunca te olvida.

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