viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad

Héctor Bernal el cronista fotográfico de Cabaiguán entrega su cuerpo a la tierra

Héctor falleció este domingo luego de trabajar más de medio siglo como fotógrafo

Héctor, (Junto a su esposa en la foto) fue la dignidad en persona, todo un ejemplo de bondad.

Por: Aramis Fernández Valderas

A Cabaiguán no conocemos la fecha exacta de cuando llegó la fotografía, pero si un fotógrafo muy querido por su pueblo, ¿Quién no conoce en este terruño a Héctor Bernal Hernández?, que hoy entra a la tierra como semilla fértil.

Su figura delgada, el correcto vestir, la delicadeza de sus palabras no delatan que haya nacido monte adentro en un lugar llamado el Corujo, donde el diablo daba las mil voces y nadie lo escuchaba.

El aislamiento de la zona de difícil acceso donde nació Héctor y las condiciones económicas de la familia, no impidieron que el muchacho aprendiera las primeras letras. Su talento natural lo condujo a otra faceta poco conocida de su vida, el Magisterio.

El oficio de contador, abrió más brechas laborales al hombre del lente, hasta que la economía familiar tuvo un respiro en Santa Lucía, donde se inicia en la fotografía sin abandonar otras labores.

La imagen da vida al paisaje de Cabaiguán, el momento quedaba atrapado por el lente de Héctor, el fotógrafo empírico, siempre encontró amigos con quienes compartir secretos de la profesión a lo largo de más de 50 años, entre ellos Perfecto Romero, Alfredo, René, Peñaños, Oscarito y Rafael Ángel Rangel entre otros.

Dado el entusiasmo con que Héctor trabajaba, su disposición para aceptar el progreso y la modernidad, por obtener oportunidades únicas para atrapar la historia de su pueblo, puede considerársele como el cronista fotográfico de Cabaiguán.

La realización en la vida de una persona, es lograr los objetivos trazados, independientemente de que cada segundo es una nueva aspiración y posibilidad de realizarla por eso Héctor Bernal se sentía satisfecho.

Suele decirse que el fotógrafo imprime su nombre a las fotos para que lo recuerden, este no es el caso de Héctor Bernal, porque junto a sus imágenes queda la enseñanza y el espíritu de la virtud que hizo de su vida un ejemplo para todos los cabaiguanenses.

Sentimos un profundo dolor. La dignidad en persona, el ejemplo de bondad, el tipo de hablar elegante, el que te invitaba a ser honesto sin decirte una palabra ya no recorrerá más las desoladas calles de este pueblo.  Estamos tristes, muy triste y no apena decirlo,  pero sabemos que ahora entregas tu cuerpo a la tierra que tanto amaste y donde siempre serás recordado.

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