Contra la actividad de Servicios Comunales en la provincia atentan deficiencias de todo tipo, entre ellas la baja disponibilidad de combustible y el estado técnico de los equipos; pero a ello se suma la indisciplina social tan naturalizada como la propia basura
En las áreas más céntricas o en la periferia de las ciudades espirituanas una imagen se hace recurrente: la suciedad se instala en calles y esquinas para comprometer la higiene comunal, que se resiente por las irregularidades en los ciclos de recogida de la basura y la indisciplina social.
Lo mismo en el Kilo-12 o los Olivos, en la ciudad del Yayabo, que en la zona de Armando Mestre, en Trinidad, y los alrededores del parque canario, en Cabaiguán, los desechos sólidos se desbordan de los vertederos y se convierten en basureros, mientras los Servicios Comunales enfrentan una situación tensa con la disponibilidad técnica y de combustible, sin desconocer las limitaciones propias de esa entidad.
Lo confirmó a Escambray Rigoberto Nazco, director de esta Unidad Presupuestada en el municipio cabecera, al explicar que en estos momentos solo cuentan con cuatro medios de transporte para la recogida, alquilados a otras entidades, y con los cuales se deben cubrir las 10 zonas, incluidos los asentamientos de Tunas de Zaza, Paredes, Guasimal y Banao. “El parque de equipos de la entidad se encuentra paralizado por déficit de neumáticos y baterías, fundamentalmente, y el resto en espera de someterse a la inspección técnica”, agregó.
El directivo evaluó de crítica la situación referida a la higiene comunal en Sancti Spíritus, en lo que incide además la falta de combustible, principalmente diésel, cuyas asignaciones no logran cubrir la demanda diaria cercana a los 500 litros para la recolección y tratamiento de los residuos urbanos.
Trinidad muestra también las marcas de las deficiencias que atentan contra el quehacer de Comunales; a la falta de recursos se añade la indolencia de quienes arrojan la basura en diversos sitios, incluso fuera de los depósitos destinados a este fin, lo cual origina la proliferación de microvertederos —más de 10— en todo el entorno citadino.
Para Pedro Montelier, subdirector de Higiene de la Unidad Presupuestada de Servicios Comunales en el sureño municipio, estas manifestaciones de indisciplinas se contraponen al esfuerzo por mantener la limpieza de la urbe. “En el caso del Centro Histórico la recogida se realiza diaria, mientras los lunes, miércoles y viernes se hace un segundo recorrido en el horario del mediodía; pero aun así persisten áreas afectadas”.
Esta situación es palpable en toda la provincia, con un parque técnico obsoleto y muy baja disponibilidad de combustible para la gestión de los desechos sólidos urbanos, que se incrementan en la misma medida en que crecen actividades del sector no estatal, como los servicios de restaurantes, cafeterías y otras modalidades.
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