sábado, noviembre 23El Sonido de la Comunidad

Higiene de Cabaiguán: ¿Una responsabilidad de todos?

Las imágenes hablan por sí solas, los organismos reguladores han de hacer cumplir lo legislado, y si la concientización no basta para entender que la higiene transita por la responsabilidad individual, quizás las sanciones contribuyan a ello.

Por: Lillipsy Bello Cancio.

La higiene comunal es el arte de preservar la salud de los pueblos, aseguran entendidos en la materia. Al realizar un recorrido por la ciudad es notable que no existe percepción de ello entre los habitantes de Cabaiguán, y esto no es nada nuevo… muchas veces hemos vuelto sobre este tema, desde múltiples aristas.

Y es que, al margen de los problemas que pueda presentar Servicios Comunales en la recogida de basura, la indisciplina ciudadana agrava estas deficiencias, con conductas indolentes, por demás ilegales, que casi siempre vienen de personas que hasta exigen la construcción de más supiaderos, la compra de mayor cantidad de carros para la recogida de desechos sólidos e incluso más combustible para garantizar “la limpieza de la ciudad”.   

Según el decreto 272, artículo 18: “Contravienen las regulaciones de la Higiene Comunal, y se impondrán las multas y las medidas que para cada caso se establecen al que “… c) arroje en los depósitos destinados a la recogida de los desechos domiciliarios escombros, maderas y objetos inapropiados a tal servicio urbano, desechos de la producción, el comercio, los servicios o la gastronomía y alimentación, que tienen establecidos otros sistemas de recogida y disposición final, 200 pesos y 600 pesos, y la obligación de retirarlos; …e) mantenga en una zona urbana, sin autorización de las autoridades competentes, animales de tiro o monta, 100 pesos y 300 pesos, y la obligación de retirarlos; f) mantenga en contra de las disposiciones establecidas por la autoridad competente en zona urbana, ganado porcino, equino, bovino y caprino, 100 pesos y 300 pesos, y el decomiso de los mismos; g) mantenga salideros de agua en su vivienda, instalaciones o en locales bajo su responsabilidad, 100 pesos y 300 pesos, y la obligación de repararlos; h) ocasione derramamientos de agua producto de limpieza, fuera de los días y horas establecidos, 20 pesos y 300 pesos, y cesar de inmediato dicha conducta”.

Aquí parece que no se aplicara dicha disposición legal, pues tanto personas jurídicas como naturales se arrogan el derecho de hacer y deshacer como se les antoja y un breve recorrido por cualquier avenida cabaiguanense puede dar fe de ello: desechos de todo tipo que cualquiera se cree que es otro el que los tiene que recoger pululan en cada esquina… ¿y del boulevard? A ese es mejor no asomarse, pues allí, a pesar de los cestos, hay quienes confunden las macetas con depósitos de basura o entienden que en el piso luce mejor el nylon del paquete de galletas que compró hace apenas unos instantes o la lata de cerveza que acaba de tomarse.

No son pocos los que miran “por encima del hombro” y hasta se creen superiores a esas personas que recogen la basura… para mí tienen más valor aquellas que quienes la arrojan indiscriminadamente… la ciudadanía tiene mucho que ver con la capacidad de la gente para cuidar su entorno, para

sentirse responsable de cada esquina por la que transita diariamente, para fomentar conductas garantes de un futuro sostenible.    

Las imágenes hablan por sí solas, los organismos reguladores han de hacer cumplir lo legislado, y si la concientización no basta para entender que la higiene transita por la responsabilidad individual, quizás las sanciones contribuyan a ello. Una y otra vez es preciso insistir: la imagen de Cabaiguán requiere más que inversiones.

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