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Hotelería en Cabaiguán, una materia en la que no se logran altas calificaciones

Cabaiguán ha sido pródigo de diferentes instalaciones hoteleras que con el paso de los años han perdido su esplendor. De retomarlos y volver a contar con estas edificaciones que cumplan su objeto social de antaño es responsabilidad de muchos factores

cabaiguan
Hotel Sevilla de Cabaiguán, símbolo de la hotelería en el territorio.

Por: Hugo Crespo Crespo

Cabaiguán hasta la década de los años 80 y principios de los 90 era una localidad, en la que se podían encontrar sitios para el hospedaje de transeúntes o lugareños que buscaban dónde pernoctar, refugio a encuentros amorosos u otra eventualidad, así como elegantes restaurantes que ofrecían el más amplio y exquisito menú en desayuno, almuerzo y comida. 

Así desde mi niñez, con mi familia comencé a visitar estos sitios en los años 60 y 70 y pude constatar el confort de estos inmuebles, entre ellos el Hotel Sevilla, El Perla, el Hotel Cabaiguán y el más joven El Modelo de Guayos, uno de ellos El Sevilla, llegó a ser calificado como uno de los mejores de su tipo en la antigua provincia de Las Villas.

Antes y pasado los años del período especial, unos primero y otros después, comenzaron a perder su esplendor y relucir como joyas arquitectónicas de la ciudad.

Cabaiguán por sus características geográficas; casi al centro de Cuba, atravesado por la carretera central, el autopista nacional y el ferrocarril, donde las tres, además se cruzan, siempre tuvo esta característica desde que las familias más pudientes del poblado pensaron en cómo obtener sus ganancias con esta industria del ocio y sacar provecho de la estancia de varios comerciantes y visitantes foráneos que llegaban hasta aquí en búsqueda de mejor nivel de vida y encontrar nuevas plazas para aumentar sus finanzas.

La crisis económica que azotó y sigue golpeando a la nación desde los años 90 y pasada la Covid-19, el maltrato y falta de control de sus administraciones y colectivos laborales, la escasez de recursos para elaborar alimentos, de ausencia de avituallamiento y materiales constructivos, la falta de financiamiento y reducción de los presupuestos, han sido entre otros, algunos de los factores del deterioro total de estas instalaciones, tan necesitadas en el territorio para ofrecer a sus habitantes este servicio, cuando sea necesario pasar el tiempo libre, fines de semana, o  en horarios nocturnos o diurnos, donde cualquier ciudadano busque un lugar para restaurar sus fuerzas físicas a través de las ofertas que en estos centros se puedan encontrar.

Hoy el panorama en materia de hotelería en Cabaiguán no está a la altura de lo que su economía y geografía presenta. Ahora estas instalaciones han pasado a otra forma de brindar sus servicios, El Sevilla, en su parte inferior se convirtió en El Sevillano, un sitio al que muchos no pueden acudir; la parte superior, espera por alguien que ponga su empeño y así el lugar no queda solo vestido en una porción y desnudo en otra.

En la parte de El Gallito, a este no se le escucha cantar, no obstante el restaurant, con más penas, que glorias, sigue allí, pero ya no se escucha ni la música instrumental, ni el excelente menú que se ofrecía, allí los actores económicos no estatales ocupan parte de su estructura con un punto de venta de la mipyme Ecogesta y la Heladería Triple K, sitio acogedor, pero con precios por encima de las posibilidades de muchos que desean refrescar con su exquisita oferta.

En cuanto al Perla, se tuvo intentos de rescatar su restaurant mediante algunas gestiones no estatales, esto fue caso fallido; después se radicó el Comedor de Atención a las Familias (SAF) y la planta alta es lugar que propicio para filmar cualquier película de terror.

El otrora Hotel Cabaiguán, tan lujoso en su tiempo, pasó a Terminal de ómnibus intermunicipal y después a viviendas para varias familias, en una esquina donde luces y espejos de su restaurant eran referencia para los que allí acudían y la vista que exhibía en el ambiente citadino.

El Hotel Modelo de Guayos en plena carretera central, el cual contó con bares de elevada factura y un restaurant también de probada calidad, fue perdiendo su esplendor; sitio actual que semeja al impacto de un meteorito contra sus puertas, ventanas y paredes.

Todo esto nos da fe, de que estas instalaciones cumplían varias funciones y deben cumplirlas en la actualidad, unas para satisfacer a los habitantes o a quienes lleguen a estos pueblos en busca de hospedaje y otras para embellecer el radio de acción donde están ubicadas.

Cabaiguán tiene una fuerte economía, comprobada en cada uno de los sectores productivos que existen en esta demarcación, entidades que derivan altos ingresos y un alto proceso de gestores no estatales que poco a poco han ido mejorando la imagen de algunas calles y esquinas de la ciudad, actores que, a través de sus impuestos bien declarados y depósitos a tiempo, pueden dar mejor sabor a este ajiaco.

Sabemos que la inversión para estos sitios es posible a corto, mediano y largo plazo y la cantidad monetaria que se necesita es respetable; pero urge, demorar sería perderlos, para otros es ya asunto cerrado como el Hotel Cabaiguán y El Perla, quizás otros como El Sevilla, la parte de El Gallito y el Modelo de Guayos, puedan recobrar su esplendor, pero se necesita ante todo el dinero para ejecutar, brigadas de construcción con preparación y conocimientos, control y rigurosidad en las labores a realizar.

No obstante se requiere sobre todo voluntad de quienes deciden cada acción para que tengamos una ciudad a la altura del merecimiento de la historia de un pueblo y su gente,  y la conservación de un patrimonio que ha sido testigo del tiempo y de la creación de aquellos que un día fundaron para su bienestar individual y colectivo, y hoy esto no puede ser la excepción, porque entonces no tendremos una ciudad a la altura de su Centenario como municipio, ni  altas calificaciones en materia de hotelería y turismo.

Ir pensando en estas posibilidades es beneficio para todos. En dependencia de lo que se logre, se podrá alcanzar el anhelado sueño y darle a Cabaiguán ese don que lo identifica como tierra de las mujeres bonitas, capital canaria de Cuba y un pueblo con suerte. Por ende, ojalá que para próximos años, los cabaiguanenses podamos contar con alguna evidencia de que este tema comience a obtener sus primeras puntuaciones en aras de dar vitalidad a lo que un día llegó a planos estelares en el centro de Cuba.

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