Idania Quintanilla tuvo una larga carrera magisterial que la convirtió en una importante pedagoga en la provincia de Sancti Spíritus
Por: Aramis Fernández Valderas
Han pasado unos 49 años. Un grupo de jóvenes comenzábamos a estudiar la carrera de magisterio medio superior en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela en la Universidad Martha Abreu de la antigua provincia de Las Villas.
Ella, la futura pedagoga, procedía de una zona rural del municipio de Placetas, desde entonces hicimos la carrera, ambos en la misma aula, pero cambiamos de sitio al ser trasladados hacia la Filial Pedagógica Alberto Delgado en el Hoyo de Manicaragua como parte del Segundo Contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunse y después en la Augusto César Sandino y Silverio Blanco de Cabaiguán.
Por esas cosas de la vida, mi compañera tuvo su primer matrimonio en Encrucijada y ambos viajábamos juntos siempre que teníamos la posibilidad de visitar nuestras casas, la amistad se profundiza y se eterniza.
Llena de cualidades que le hacía merecer epítetos en los que sobresalía su franqueza, la fuerza de la amistad, la defensa de sus ideas, aunque no era una persona que se atrincheraba en ellas y desde que comenzó como dirigente en el mundo de la pedagogía demostró que toda opinión era valiosa.
La Licenciada en Historia y Ciencias Sociales, la pedagoga, llegó a ser doctora, en fungir como la primera rectora del Centro Universitario de Cabaiguán, en formarse como una investigadora vinculada a las necesidades reales de la sociedad y la historia.
Nunca se creyó ser la más importante, ni la de mayores conocimientos, hablaba de todos lo0s temas ninguno era tabú, le entusiasmaba dialogar de política sin aferrarse a un criterio, opero recordar el pasado, sus amistades, su vida de estudiante era como un escape y siempre recurríamos a ello.
Acaba de irse, no conocí de su enfermedad, no tuvo que ver la COVID-19 en el fallecimiento, pero no importa toda muerte es dura para la familia, y sus amigos, bien lo puedo0 decir cuando apenas faltaba un año para que se cumpliera el medio siglo de forjar una sincera y profunda amistad.
Desde lo más profundo de mi alma siempre te recordaré, Idania Quintanilla, la alegre muchacha rural que tanto hizo por forjar su vida.
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