Idelsa Portal Chávez, expresidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Cabaiguán dejó su huella entre los hombres y mujeres de este pueblo
Por: Aramis Fernández Valderas
Todavía no es media noche, me quedan unos minutos para escribirte la carta que no leerás. Quisiera decirte un montón de elogios, temo me regañes por eso, sé que no eras dada a esas “guataquerías”, pero insisto al menos en valorar algunas de tus cualidades y no te me vayas a poner roja.
Mujer de filo en la palabra, pero justa en calificar, defender y hasta guerrear cuando era necesario. No andabas con mentiras, contigo el pan era pan y el vino era vino, gustara a quien le gustara.
Preferías sentarte en el suelo o en un muro a tomar el sillón más cómodo, el buró era un diablo porque se interponía en medio para dialogar y por eso echabas garra al sofá, ese sofá viejo y desastrado que existía en el gobierno municipal y que nunca pretendiste cambiar por todos los secretos que guardaba de tus confidentes y de los tuyos con ellos. Allí derramaste lágrimas porque no podías resolver un problema, reíste cuando se daba solución a algo y también cogías un sueñito en tiempo de huracanes.
Eras así, guajira de monte adentro pero con las entendederas claras, poco te costaba subir a un caballo, andar en un carretón que arrancar el auto asignado en el cual no querías saber de chofer y cuando se rompía le metías mano, lo mismo al carburador que al delco o el cambio de bujías. Un día te encontré en esos trajines, te pregunté que le pasaba al auto y me respondiste: “esto es una mierda Valderas”.
Hacía tanto no te veía ni disfrutaba de tus ocurrencias, ni dialogábamos de la actualidad, tema en el que casi siempre teníamos puntos divergentes, porque amiga, muchas veces también te ponías como un rail de línea en medio de la carretera, pero al final siempre nos entendimos porque eras una persona que no le gustaba la unanimidad, sabias escuchar y respetar.
Caramba campeona, que clase de hija fuiste, que clase de ser humano se ha ido, que mujer para que haya sido líder sin proponérselo, porque siempre ibas al frente y no andabas buscando privilegios, en los campos de caña te asías a la guataca más pesada y dabas el pecho al surco más enyerbado aunque existieran mil hombres a tu alrededor.
Solo la maldad de la pandemia pudo arrastrarte hasta la tumba, y todavía creo Idelsa Portal Chávez que lo que he leído y me han contado es mentira, seguro has ido a dar una vuelta y regresarás enseguida, es más, estoy seguro.
Ya es media noche, voy a la cama, cuídate Idelsa Portal Chávez, que el coronavirus asecha aunque te creamos inmortal.
