Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Antes de que la tormenta tropical Eta importunara con precipitaciones, Cabaiguán se había convertido en un criadero del Aedes aegypti, en un contexto sanitario que coprotagonizan la COVID-19 y el caracol gigante africano.
Hasta el sábado, los focos positivos identificados en la primera etapa del actual ciclo emprendido por la Campaña Antivectorial ascendían a 46. Guayos lleva la batuta con 22 eventos y cuatro pacientes infectados con dengue mientras el consejo popular Urbano I deviene la segunda residencia favorita del zancudo al localizarse en 14 sitios de esa área de salud, comunicó Armando Ulloa Martínez, director de la Unidad Municipal de Higiene y Epidemiología.
Si bien los tratamientos adulticidas intradomiciliarios contrarrestan la presencia del mosquito, el Máster en Ciencias insistió en extremar las medidas de vigilancia contra el insecto en las viviendas dadas las condiciones hidrometeorológicas que favorecen su propagación a la vista de todos, principalmente en depósitos domésticos que suman más de 60 los reconocidos durante las acciones de inspección como el refugio ideal del vector para reproducirse.
De acuerdo con el especialista, las personas con síntomas febriles u otras manifestaciones asociadas al dengue con una tendencia al incremento en las últimas semanas deben acudir de inmediato al médico para su valoración y descartar las sospechas hasta de un posible caso de SARS-coV-2, pero lamentablemente casi nunca ocurre así y permanecen en el hogar a expensas de presentar complicaciones para la vida.
Ulloa Martínez reflexionó sobre otro peligro potencial, el caracol gigante africano pues la humedad generada por las lluvias propicia el aumento del índice de infestación del molusco disperso por varias zonas del territorio.