Basado en la experiencia de meses anteriores, Jorge Alexander Corrales Lara, técnico en Electrónica del Centro Provincial de Ingeniería de Tránsito en Sancti Spíritus, se dio a la tarea de concebir un mecanismo que permite el mantenimiento de la programación de los semáforos si faltara el fluido eléctrico
De los tantos desafíos que desvelan la nación en el nuevo año, uno resulta la seguridad vial. El 2023 ha comenzado con varios accidentes masivos en Cuba, por lo que la señalética, el capital humano y los dispositivos encargados de poner orden al tránsito se tornan indispensables en el actual contexto.
Hasta hace poco tiempo y tras el anuncio de que los molestos apagones volverán, aunque en menor medida, para posibilitar las reparaciones en las unidades generadoras del Sistema Electroenergético Nacional, la vialidad del territorio se encuentra en condiciones más favorables para asimilar la nueva etapa que se avecina.
En este sentido, los semáforos no perderán su programación ante la ausencia de fluido eléctrico. Gracias al ingenio de Jorge Alexander Corrales Lara, técnico en Electrónica del Centro Provincial de Ingeniería de Tránsito en Sancti Spíritus, las tarjetas de control de estos aparatos de señalización luminosa para la regulación del tráfico en la vía pública contarán con una pila de litio de 3.7 volts, adaptada a su sistema.
Según el espirituano de 36 años, “cuando acaba la vida útil de la batería interna, la dependencia se torna exclusiva del servicio eléctrico. En los días que este faltó por horarios, el cronograma de los semáforos se interrumpió. En consecuencia, las tarjetas pierden más rápidamente su vida útil.
“Cada rotura representa un costo de importación cercano a los 1 000 dólares. Las tarjetas de luces trabajan con un voltaje y amperaje determinado, entonces se le busca un complemento, se sustituye y se vuelven a activar”, explicó Corrales Lara, quien también ha dedicado su vida laboral a la recuperación de luces led y el enrollado de transformadores, ambos elementos físicos de los semáforos.
Pese a que las principales ubicaciones semafóricas del territorio poseen paneles solares, cuando las afectaciones acontecen en el horario diurno la disponibilidad de energía disminuye de cara a posibles afectaciones en la noche y madrugada.
Solo mediante la inventiva, el Centro Provincial de Ingeniería de Tránsito espirituano evitó males mayores a la red vehicular, que hoy se complejiza con la proliferación de ciclos automotores como las motorinas. De lo contrario, habría que trasladar de manera sistemática la fuente del semáforo para los ajustes debidos.
Tales competencias obedecen a una tradición innovadora en esta unidad perteneciente a la Delegación Provincial del Ministerio del Interior en predios yayaberos.
Tomado de Escambray
Publicación Recomendada:
Garantizará Etecsa en Cabaiguán infraestructura para transformación digital de la sociedad