Anterior a 1959, en el territorio no había un movimiento relevante de artistas plásticos reconocidos, aunque es preciso destacar figuras como, el francés Richard Hastenbert y al pintor canario Manuel Lorenzo Hernández, ambos dejaron excelentes obras que se inscriben en el patrimonio de la localidad.
De igual manera el pintor José Antonio Rodríguez López, graduado de la Academia de San Alejandro, marcó pautas en la plástica local y fue representante del neoclasicismo, aportando una concepción académica y tratando temáticas como el paisaje, la figura humana, el desnudo. Por estas razones es considerado, como una de las personalidades representativas de la cultura en el municipio.
Existen además muy pocas referencias y publicaciones que giren en torno a la plástica cabaiguanense, tanto actual, como de épocas pasadas. Sin embargo, diferentes testimonios corroboran la existencia en Cabaiguán de una Academia de Artes Plásticas antes del triunfo de la Revolución.
En el caso de José Antonio, su obra se dispersó por diferentes lugares de la Isla donde tuvo incidencia, así sucedió en La Habana, Camagüey y Santiago de Cuba, aunque la mayor colección de piezas se atesoran en el Museo de esta localidad. Es aquí donde se profundiza en la fecunda obra de este pintor descendiente de canarios y de gran carisma para amigos y alumnos.
No es de dudar que de esta institución naciera un minucioso trabajo que fue presentado en un evento de la Asociación Canaria en La Habana. Con el transcurso del tiempo, la colaboración de autores y Ediciones Loinaz de Pinar del Rio, este trabajo fue publicado bajo el título Canarios en Cuba, y presentado en la reciente Feria del Libro, presentado en el territorio.
Hoy, el texto se encuentra en la Biblioteca Beremundo Paz a disposición de los estudiantes y lectores que se interesen por el tema.
