José Chamán Milla fue un libanés que sintió gran admiración por la obra de José Martí
Por: Daisy Pilar Martín Ciriano
Los primeros años del siglo XX atrajeron gran cantidad de emigrantes a Cabaiguán. La llegada del ferrocarril Central en 1902 resultó un detonante para embarcar desde La Habana hasta este poblado, aunque muchos arribaron por otros puertos, incluyendo el de Caibarién y Santiago de Cuba.
Si se conoce que la mayor cantidad de extranjeros que arribó al territorio eran canarios y peninsulares, algunos chinos y árabes, que también influyeron en el desarrollo cultural del poblado.
Tal apego sintieron estos hombres por el poblado, que se entregaron a su progreso, amaron sus símbolos, sus parques y sus héroes. Uno de ellos fue José Chamán Milla.
La obra de este libanés se reflejó en la cultura y la educación, específicamente en desarrollar el estudio y el amor por nuestro José Martí.
Su huella aún es palpable al observar la estatua del Apóstol en el parque de la ciudad, obra ejecutada por la compañía de Pennino Marble entre 1938 y 1939. Como agradecimiento ante este gesto martiano los pobladores le nombraron Hijo Adoptivo.
No solo así mostró Chamán su admiración martiana. En uno de sus viajes hasta el Líbano, construyó una escuela en los terrenos de un familiar nombrado Al Ghandour Andel. Esa institución fue inaugurada el 7 de febrero de 1950 y precisamente bautizada con el nombre de José Martí. Esa fue la primera escuela que existió en Nabatiyeh.
En 1956, donó parte de su vivienda para la construcción de una Biblioteca y de un Museo. Es significativo que entre los 1376 ejemplares de libros que se atesoraban en los anaqueles había un total de 26 volúmenes relacionados con la obra martiana y que en el centro de ese local en un visible tamaño se encontraba una fotografía del Apóstol.
Estos elementos contribuyen para reafirmar el argumento de que todos estos emigrantes contribuyeron notablemente al desarrollo de la Cultura y la Educación, dejando su huella para siempre en la memoria histórica de este pueblo.
Ahora que próximamente Cabaiguán arriba al centenario de su nombramiento como municipio, se hace referencia a este notable libanés que además de martiano, era un ferviente propulsor de la cultura y la educación., aportando escuelas, viviendas para establecimiento del centro de Veteranos, arreglo de caminos, incluyendo la construcción de comercios y el pago de estudios superiores a dos niños cabaiguanenses, los que después se convirtieron en bachiller y en un notable endocrino, respectivamente.
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