El Gobierno de EE.UU. y sus aliados, mediante el engaño, el uso de la fuerza y la alianza de poderosas fuerzas externas, pretenden robar hasta el último adarme de las riquezas de Venezuela.
Es esta una historia tan extraña que costará trabajo a nuestros descendientes poder comprenderla en toda su dimensión: un presidente autoproclamado que rige un gobierno que no existe, rodeado de funcionarios que ocupan cargos ficticios, en fin, un entramado de mentiras y de manipulaciones digno de una novela negra de entrega por capítulos.
Lo único real de esta trama folletinesca escrita en Washington, es que sus autores, protagonistas y personajes secundarios, son una piara de ladrones que encabezarían la lista de los más grandes delincuentes y corruptos de la historia.
Uno de ellos, José Ignacio Hernández, exprocurador del «gobierno interino» de Juan Guaidó, según la investigación de la periodista estadounidense Anya Parampil, está implicado en una gran red de corrupción y soborno.
La indagación realizada por la periodista estadounidense, Anya Parampil, titulada El escándalo de sobornos petroleros, expone cómo Hernández cobró honorarios como mercenario legal para los saqueadores corporativos de la estatal Petróleos de Venezuela.
El abogado fue comprado por gigantes petroleros extranjeros, con el interés en demandar a Pdvsa por miles de millones de dólares, la cual fue desestimada el año pasado por un tribunal del distrito de Florida (EE.UU).
Pero el plan tortuoso no se detuvo y la empresa Citgo, filial de la estatal Petróleos de Venezuela en EE.UU., será liquidada para satisfacer los planes golpistas de Washington contra Caracas.
Pero, ¿quiénes son los grandes ladrones de esta historia?
El Gobierno venezolano denunció que Citgo ha sido robada por EE.UU., a través de un endeudamiento «ilegal» con la complicidad del líder opositor Juan Guaidó.
En el año 2019, el presidente legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro, acusó al Parlamento del país y al Gobierno de Donald Trump del robo de 1 300 millones de dólares de Citgo, la filial de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en Estados Unidos.
Maduro denunció entonces que, al menos el 10 % de ese dinero «le llega al bolsillo de los ladrones diputados y diputadas de la Asamblea Nacional de la derecha».
Según reveló el ministro de Comunicación e Información venezolano, Jorge Rodríguez, desde la sala de prensa Simón Bolívar del Palacio de Miraflores, en Caracas, Juan Guaidó encabeza una red que controla parte de los activos venezolanos sancionados por ee. uu., que ascienden a un total de 116 000 millones de dólares.
Al no poder acabar con la Revolución Bolivariana para apropiarse de las riquezas de Venezuela, el Gobierno de EE.UU. y sus aliados, mediante el engaño, el uso de la fuerza y la alianza de poderosas fuerzas externas, pretenden robar hasta el último adarme de las riquezas del país sudamericano, sin importar los medios utilizados, ni las consecuencias de sus actos.